San Cristóbal, Por Julio César García. - El sur de la República Dominicana representa un vasto territorio lleno de oportunidades, un espacio geográfico que cuenta con todas las condiciones para convertirse en una de las mayores fuerzas impulsoras del desarrollo nacional. Es momento de repensar el sur como un modelo sostenible de crecimiento y bienestar.
Por décadas, la región sur ha
sido cuna de profesionales destacados en diversas áreas del saber, lo que hoy
se traduce en un valioso recurso humano preparado para enfrentar los desafíos
del futuro. A esto se suman infraestructuras educativas que continúan
fortaleciendo las capacidades de sus habitantes, consolidando una base humana
indispensable para el progreso.
La riqueza natural del sur
también es inigualable. Posee una extensión de costa marina que puede
satisfacer una demanda considerable por al menos una década, así como una
abundancia de ríos, lagos, lagunas, presas y represas que garantizan el
suministro de agua para el consumo humano, la agricultura, el turismo y la
recreación. Estas condiciones hídricas, junto con su variada biodiversidad,
posicionan al sur como una región con un potencial sostenible y duradero.
En el ámbito cultural y
patrimonial, el sur atesora una riqueza arqueológica, histórica y minera que
permanece sub-explotada, con un aprovechamiento actual que no supera el 15%.
Además, los microclimas de la región son un recurso único: desde desiertos
hasta bosques lluviosos, pasando por lagos y manantiales azufrados, el sur es
un mosaico de ecosistemas que podrían atraer turismo ecológico y sostenible.
Asimismo, la región cuenta con
espacios ideales para la práctica de deportes como parapente, buceo recreativo,
fútbol, béisbol, baloncesto y boxeo. La diversidad de actividades posibles es
un llamado directo a las inversiones turísticas y deportivas.
Sin embargo, el desarrollo
integral del sur requiere un compromiso serio con la inversión gubernamental y
público-privada. Se necesitan mejoras sustanciales en las infraestructuras
viales para garantizar un acceso adecuado y seguro. Estas inversiones no solo
impulsarían la economía local, sino que también abrirían un abanico de
oportunidades para el crecimiento sostenible.
El sur de la República
Dominicana es mucho más que un territorio por descubrir: es una invitación a
construir un modelo de desarrollo inclusivo y sostenible que beneficie a toda
la nación. La riqueza y el potencial están ahí, esperando ser valorizados.
Ahora, más que nunca, es el momento de repensar el sur y convertirlo en un
motor de desarrollo para el país.
Recordando a Don Mario Benedetti: Pero, aquí abajo, abajo, cada uno en su escondite, hay hombres y mujeres que saben a qué asirse, aprovechando el sol y también los eclipses, apartando lo inútil y usando lo que sirve, con su fe veterana-“El sur también existe”.
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