San Cristóbal. - El filósofo surcoreano Byung-Chul Han explora en este libro la crisis de la narración en la sociedad actual, donde la abundancia de información y datos ha reemplazado las narrativas coherentes y significativas. Analiza cómo esta saturación de información fragmentada ha impactado en la política, la vida cotidiana y nuestra capacidad para contar historias y construir sentido.
Han argumenta que la narración
tradicional, con su estructura lineal y causal, ha sido reemplazada por un
flujo constante de datos e información dispersa. Esto ha llevado a una crisis
de la atención y a una incapacidad para procesar y comprender los eventos de
manera coherente.
En el ámbito político, esta
crisis de la narración ha contribuido a la polarización y la desconfianza, ya
que las personas se vuelven más susceptibles a las noticias falsas y las
narrativas simplistas. En la vida cotidiana, la saturación de información y la
falta de estructuras narrativas significativas han llevado a una sensación de
vacío y desorientación.
Han propone que la
recuperación de la narración y la capacidad de contar historias significativas
es esencial para restaurar el sentido de comunidad, identidad y propósito en la
sociedad contemporánea. Aboga por un enfoque más consciente y reflexivo en el
consumo de información y la construcción de narrativas que puedan guiarnos a
través de la complejidad de nuestro mundo.
"Las narraciones son el
hilo que teje el tejido de nuestras comunidades y le da significado al mundo.
Pero en la sociedad actual, las narraciones se han vuelto fugaces e ineficaces.
Su omnipresencia no es más que un síntoma, una señal de alarma.
Las narraciones llevan tiempo
sumidas en una crisis. De ser brújulas capaces de dotar de sentido a la
existencia colectiva, se han convertido en una mercancía más. Reducidas a
sirvientas del capitalismo, se transforman en storytelling y este, ahora
ubicuo, se degrada en publicidad, en consumo de información.
La acumulación de noticias ha
ocupado, en definitiva, el lugar de las historias. Los datos y la información,
sin embargo, fragmentan el tiempo, nos aíslan y nos atrapan en un eterno
presente vacío y carente de referencias.
Hasta la felicidad se vuelve
inalcanzable. Porque la vida, con todos sus imprevistos, tropiezos, intentos y
errores, sólo alcanza la plenitud cuando puede ser compartida y transmitida
dentro de una narración colectiva. "Vivir es narrar”.
El ser humano, en cuanto
animal narrador, se distingue de los otros animales por el hecho de que al
narrar crea nuevas formas de vida. La narración tiene la fuerza del nuevo
comienzo. El storytelling, en cambio, sólo conoce una forma de vida, la del
consumo" (Byung-Chul Han)."
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