Queda debatirnos entre la libertad de expresión y el respeto

San Cristóbal, 19/09/2023.- La expresión de las ideas es un componente esencial de la democracia y es por si fuera poco un derecho humano, “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”, Articulo 19 declaración universal de los derechos humanos.

Carece de sentido realizar un debate respecto al acontecimiento ocurrido en la universidad de Columbia cuando la joven Lizzie George Griffin a su forma y manera cuestionó la política de la Republica Dominicana respecto a eliminar el racismo, la homofobia y otras formas de discriminación.

Quienes se han sentido afectados por la manera “irreverente” en que se manejó la joven frente al presidente de la Republica Dominicana deben recordar que ella ha hecho uso de su derecho como habitante de este planeta y como parte de la raza para la que se han creado los derechos humanos.

La joven Lizzie George Griffin al parecer no se documentó con suficientes datos respecto a la realidad de la Republica Dominicana y no parece tampoco saber el origen de los conflictos entre las naciones dominicana y haitiana, esto la descalifica para ser admitida en un debate, sin embargo, nada tiene que ver con su derecho a la libre expresión.

La joven Lizzie George Griffin y sus opiniones no poseen el peso suficiente para un debate, ya que fuera de que no se ha nutrido lo suficientemente con datos que representen los hechos a los que se refiere tampoco tienen el lenguaje que corresponde para un debate, al margen de los modales que exhibe en sí misma.

Concluyó con dos expresiones que creo van bien en este contexto: “Las opiniones son como el agujero del culo, todos tenemos uno y pensamos que el de los demás apesta.” "Harry el sucio (1971)" de Don Siegel., “Las redes sociales han generado una invasión de imbéciles. Le han dado derecho de hablar a legiones de idiotas”, Umberto Eco.