Sevilla. - Jesús Quintero ha fallecido este lunes a los 82 años de edad. El mítico presentador de El Loco de la Colina y otros formatos de éxito con los que consiguió convertirse en un auténtico fenómeno social dentro y fuera de nuestras fronteras ha fallecido en la residencia Nuestra Señora de los Remedios, ubicada en Ubrique.
Nacido el 18 de agosto de 1940 en San Juan del Puerto, en la provincia de Huelva, Jesús Quintero comenzó su carrera en la década de los sesenta, tras obtener una plaza por oposición en el Centro Emisor del Sur de Radio Nacional Española.
El fallecimiento del mítico comunicador se ha producido en la residencia Nuestra Señora de los Remedios, ubicada en Ubrique. Allí, además de estar "arropado por sus familiares más allegados, recibía el tratamiento diario necesario para su recuperación", tal y como informaban sus seres queridos cuando salió a la luz la noticia de su ingreso.
Jesús
Quintero es uno de los periodistas más reconocidos de España y uno de los más
galardonados. Su trayectoria le valió dos Premios Ondas, una Antena de Oro, la
Medalla de Andalucía y el premio de Periodismo Rey de España. Cabe destacar que
su peculiar forma de entrevistar creó escuela, más de 500 personajes fueron
objeto de sus preguntas a lo largo de su extensa carrera.
Su
programa más emblemático, con el que revolucionaría los esquemas del medio fue
El hombre de la roulot y El loco de la colina, que le convirtió en un auténtico
fenómeno social incluso fuera de España, llegando hasta Argentina o Uruguay, y
con ello, creando escuela propia tanto en España como en América Latina.
“Siempre
ha habido analfabetos, pero la incultura y la ignorancia siempre se habían
vivido como una vergüenza.
Nunca
como ahora la gente había presumido de no haberse leído un puto libro en su
jodida vida, de no importarle nada que pueda oler levemente a cultura o que
exija una inteligencia mínimamente superior a la del primate.
Los
analfabetos de hoy son los peores porque en la mayoría de los casos han tenido
acceso a la educación, saben leer y escribir, pero no ejercen.
Cada
día son más y cada día el mercado los cuida más y piensa más en ellos.
La
televisión cada vez se hace más a su medida.
Las
parrillas de los distintos canales compiten en ofrecer programas pensados para
una gente que no lee, que no entiende, que pasa de la cultura, que quiere que
la diviertan o que la distraigan, aunque sea con los crímenes más brutales o
con los más sucios trapos de portera.
El
mundo entero se está creando a la medida de esta nueva mayoría, amigos.
Todo
es superficial, frívolo, elemental, primario… para que ellos puedan entenderlo
y digerirlo.
Esos
son socialmente la nueva clase dominante, aunque siempre será la clase
dominada, precisamente por su analfabetismo y su incultura, la que impone su
falta de gusto y sus morbosas reglas.
Y
así nos va a los que no nos conformamos con tan poco,
a
los que aspiramos a un poco más de profundidad.”
— Jesus Quintero
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