Mucho antes de que existieran Abby Wambach o Maribel Domínguez, Alex Morgan, Charlyn Corral o Marta, existió Alicia La Pelé Vargas.
Nació el 2 de febrero de 1954. Empezó a jugar futbol a los 15 años con el Club Guadalajara, en la Liga América del Distrito Federal, equipo con el que jugó durante quince años.
Vargas comenzó a jugar de joven con sus hermanos y otros niños en la calle. En contra de los deseos de sus padres, Vargas siguió jugando, a menudo castigada ya veces arrastrada de los juegos por las orejas. Aún así, jugar en la calle le dio un gran toque con ambos pies, una habilidad que usó para regatear a los oponentes ( al estilo de su jugador favorito, Garrincha), para dar pases a sus compañeros de equipo o para desatar un tiro potente.
Vargas inicialmente tuvo dificultades para encontrar un equipo con el que jugar ya que no estaba en forma. Sin embargo, ingresó a la cancha durante un partido y, en ocho minutos, demostró su habilidad lo suficiente como para que Guadalajara le pidiera que se uniera al equipo. Su habilidad llamó rápidamente la atención de los entrenadores de la selección nacional mexicana, voluntarios de la AMFF.
Fue
parte de la selección mexicana femenil que participó en el primer Mundial
Femenil celebrado en Italia en 1970, organizado por la Federación Internacional
Europea de Futbol Femenil (FIEFF). Con esta selección, consiguió el tercer
lugar de la justa, adjudicándose el campeonato individual de goleo con 5
tantos.
Y
antes de que terminara el viaje del Tri Femenil a Italia en 1970, los
entrenadores europeos se habían dado cuenta. Real Torino le ofreció a La Pelé
un contrato para quedarse en Italia, a la temprana edad de 16 años. Ella
rechazó la oferta en ese momento, alegando que prefería México.
Un año después, repitió su participación con la selección mexicana en el Mundial Femenil de 1971, celebrado en México. En este torneo, el equipo mexicano consiguió el subcampeonato frente a Dinamarca, que se coronó campeón en el Estadio Azteca.
No
obstante, en esa época el futbol femenil no contaba con el reconocimiento de la
Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), por lo cual estos logros
no quedaron registrados como participaciones oficiales.
En
1971, luego de que el Tri Femenil derrotara a Inglaterra 4-0 frente a
aproximadamente 80,000 personas en el Estadio Azteca, Real Torino nuevamente le
ofreció la oportunidad de jugar en Italia. Esta oferta sería más difícil de
rechazar: casi 100,000 pesos por cuatro meses, con alojamiento incluido. Aun
así, decidió quedarse en México con su familia. Ya más de 20,000 mujeres
practicaban este deporte en todo el país; el futuro del fútbol femenino en
México se veía prometedor.
Continuó
su trayectoria como futbolista con el equipo Guadalajara y más adelante con el
equipo Jalisco, al que llegó en 1988.
En
1991 fue convocada por la Federación Mexicana de Futbol a la selección mexicana
femenil, con el objetivo de participar en el torneo clasificatorio para el
Mundial Femenil de 1991 –el primero reconocido por la FIFA–, torneo al que
México no calificó.
Vargas
ya tenía 37 años. Aún así ella hizo el corte. Reconoció que su velocidad y
agilidad ya no eran lo que eran, pero pensó que podía aportar liderazgo al
equipo. México terminó tercero en su grupo, perdiendo ante Estados Unidos y
Trinidad y Tobago. La carrera internacional de Vargas había terminado.
En
1992, se retiró del futbol para trabajar como entrenadora y profesora de
educación física durante 28 años en el departamento deportivo de la alcaldía
Azcapotzalco.
"Pelé" Vargas, la primera ídolo del futbol mexicano, ingresó al salón de la Fama del Futbol Internacional el 4 de abril de 2019. Es parte de la novena generación de envestidos en la categoría Femenina Internacional junto con la futbolista brasileña Sissi.
El
reconocimiento, que tardó cuatro décadas en llegar, no es un logro individual,
sino de todo un grupo de mujeres que se esforzó para alcanzar una meta: poner
en alto el nombre del futbol femenil en México durante la época de los 70.
Como
pionera del fútbol femenino en México, Vargas llegó más lejos que muchos otros.
Compitió en dos campeonatos mundiales y recibió ofertas de contrato para jugar
en Italia, mucho antes de que fuera un lugar común. Y aunque jugó la mayor
parte de su carrera en una relativa oscuridad, su habilidad fue ampliamente
reconocida: en 1999 CONCACAF nombró a Alicia Vargas como la tercera mejor
jugadora del siglo, empatada con Julie Foudy de los Estados Unidos.
A
pesar del éxito del equipo femenino en 1970 y 1971, y de la creación de una
liga nacional con equipos de 16 estados en 1972, los conflictos con la
dirección y entre la liga femenina y la FMF hicieron que el deporte
retrocediera rápidamente a un segundo plano. Aún así, las niñas y las mujeres,
incluida Alicia Vargas, continuaron jugando en la “liga de la Cabeza de
Juárez”, jugando en un “campo lleno de tierra y rocas… durante años”, y
confiando en el apoyo voluntario y el boca a boca. Y así sobrevivió el deporte en México hasta
que la FIFA pasó de suprimir el fútbol femenino a apoyarlo.
FUENTE:
Wikipedia, artículo de la página web Remezcla. Gracias a Manuel Sosa
0 Comentarios