Cuando de vivir de forma ética, de tener valores morales o de regirnos por cánones conductuales correctos se trata nos encontramos con el paredón de creado por la ignorancia, la soberbia, la falta de educación y escrúpulos que nos dispara inmediatamente un “tú no vas a llegar a nada”.
Esa expresión repetida, parece
una concepción del constructo social colectivo que indica que usted debe apartarse
de sus valores primarios y asumir antivalores morales y éticos para ser
aceptado o para “triunfar” en estos tiempos.
Se hace difícil hoy día aceptar que más allá de las posesiones económicas, más allá de tener cosas que finalmente te hacen esclavo (a) de ellas, mas allá de acumular fortunas al costo que sea existen otras satisfacciones o personas cuyas satisfacciones está lejos de los teneres materiales.
La convivencia social nos
acorrala en ciertas ocasiones cuando no comulgamos con “buscar tener al precio
que sea” diariamente somos evaluados por nuestro entorno social respecto a que
tenemos, como nos vemos, con quienes nos codeamos, donde están nuestros ahorros
y cuánto hemos logrado obtener.
Ciertamente desde el mismo
descubrimiento del valor del dinero el hombre ha sido capaz de hacer lo
impensable por obtenerlo para con el comprar cosas que al pasar del tiempo se
adueñan de él o quedan para otros hombres que se repiten y se repiten sin
agotar un ciclo.
Hoy el cómo no es importante,
lo importante es el cuánto, pocos son capaces hoy de resistir este constante
escaneo de sus poseeres y mas de uno sucumben ante la posibilidad de acumular
riquezas no importa al precio que sea.
Cuando sucumbimos entonces
vemos sentados en una mesa al juez y al ladrón, al fiscal y el corrupto, el
cura y el sicario, como nos relató relato Enrique Santos Discepolo
“Que siempre ha habido
chorros, maquiavelos y estafa'os
Contentos y amarga'os, valores
y doblé
Pero que el siglo 20 es un
despliegue
De maldad insolente, ya no hay
quien lo niegue
Vivimos revolca'os en un
merengue
Y, en el mismo lodo, todos
manosea'os
Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor
Ignorante, sabio o chorro,
pretencioso estafador
Todo es igual, nada es mejor
Lo mismo un burro que un gran
profesor
No hay aplaza'os, ¿qué va a
haber? Ni escalafón
Los inmorales nos han iguala'o
Si uno vive en la impostura y
otro afana en su ambición
Da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos
Caradura o polizón
¡Qué falta de respeto, qué
atropello a la razón!
Cualquiera es un señor,
cualquiera es un ladrón
Mezcla'o con Toscanini, va
Escarfaso y Napoleón
Don Bosco y La Mignón, Carnera
y San Martín
Igual que en la vidriera
irrespetuosa
De los cambalaches se ha
mezcla'o la vida
Y herida por un sable sin
remaches
Ves llorar la Biblia junto a un calefón”
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