Foto: Jorge Guigni |
Sainaguá, San Cristóbal, Por Julio César García. - Este fin de semana, la comunidad de Sainaguá, se viste de gala para celebrar una nueva edición del tradicional Festival de Atabales (la número 32), un evento que rinde homenaje a las ricas tradiciones culturales y musicales de la República Dominicana. Este año, el festival está dedicada al profesor Carlos Andújar quien es uno de los pilares que han mantenido viva esta expresión cultural a través de las generaciones.
Reconocido como uno de los
principales encuentros de la música de raíces afrodominicanas, el festival de
atabales congrega a cientos de asistentes que disfrutan de la magia de los
tambores, bailes y cantos que forman parte del patrimonio cultural del país.
Uno de los momentos más
destacados del evento fue el reconocimiento en el día inaugural al ingeniero
Ángel Rafael Salazar, gerente general de la Empresa de Generación
Hidroeléctrica Dominicana (EGEHID). El comité organizador del festival le
entregó una placa en agradecimiento por su apoyo fundamental para la
realización del evento y por sus constantes aportes al fomento de las
actividades culturales en el país. Este gesto subrayó la importancia del
respaldo institucional y privado para preservar y promover las tradiciones
dominicanas.
Otro punto a destacar es la
participación del Museo del Hombre Dominicano, que se hizo presente en el
festival con una exhibición especial que incluyó instrumentos propios de las
primeras manifestaciones sonoras de la isla y libros sobre la música, su
evolución e historia. Esta institución desempeña un papel clave para resaltar
el contexto histórico y cultural de los atabales, conectando las expresiones
artísticas contemporáneas con sus profundas raíces en la historia del país.
El Festival de Atabales de Sainaguá no solo celebra la música y la tradición, sino que también es un espacio para el encuentro de generaciones, donde los mayores transmiten a los jóvenes los saberes y valores que definen la identidad dominicana. Durante el evento, se llevaron a cabo talleres, presentaciones artísticas y una feria cultural que incluyó gastronomía y artesanía local.
El reconocimiento al ingeniero
Salazar y la participación del Museo del Hombre Dominicano subrayan cómo la
colaboración entre diferentes actores de la sociedad es esencial para mantener
vivas estas expresiones culturales. El festival sigue siendo un ejemplo de cómo
las tradiciones pueden trascender el tiempo y unir a la comunidad en torno al
orgullo por su herencia.
El compromiso con la cultura y
las tradiciones es una tarea de todos, y eventos como este demuestran que el
apoyo colectivo puede lograr un impacto significativo en la preservación y
difusión de la identidad dominicana.
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