San Cristóbal, 16/08/2023.- Transcurría tranquilo el lunes 14 de agosto 2023, era un día sin ninguna gracia, un lunes de bostezo y resaca como casi todos, en la mañana los bomberos limpiaban el “Mercadito Viejo”, con sus mangueras a presión trataban de dejar limpio el espacio donde se daría el inicio protocolar al parqueo municipal, era un lunes sin merito alguno cuando los bomberos salieron del lugar a llenar el tanque de agua del camión porque ya habían usado toda la que tenían.
Tres de la tarde y el calor se
podía cortar en las aulas de la escuela Juan Pablo Pina donde los profesores
aburridos dormitaban, los habían convocado a una jornada de ambientación (una
de estas pendejadas del sistema educativo que ambienta al profesor en las
escuelas sin estudiantes).
Tres y catorce de la tarde, se
escucha una explosión que estremece media ciudad, cuando miramos por la ventana
vemos el humo, es mucho humo, es negro humo, pensamos que es a una o dos
cuadras, buscamos información, comenzamos a llamar a los amigos a ver si tienen
idea de lo ocurrido, en la escuela Juan Pablo Pina todos salen asustados, nadie
sabe en realidad qué explotó, pero se sintió muy fuerte.
Tres y quince de la tarde, la Padre Ayala comienza a arder y las personas huyen despavoridos en la Constitución, en la Doctor Brioso, en la Francisco J. Peinado, en la General Leger, todos corren y nadie sabe a donde corren y nadie pregunta por qué corren.
El profesor Martínez ha pedido
una cerveza mientras espera que le sirvan un almuerzo en pollo Rey cuando le
sorprende el ruido y ve romperse los cristales de la panadería del lado, cuando
observa a sus pies están los cristales rotos y a ve correr a los empleados del
negocio, sale sin saber con certeza hacia donde debe dirigirse cuando ve un
hombre con el cuerpo cubierto de cenizas que corre camino al hospital con la
cara llena de sangre y un hueco en la cara presagio de la desgracia.
Tres y diez y ocho, comienzan
los datos, comienzan los videos, comienza el terror, ha explotado “algo” por el
mercadito viejo, recibo el primer video, ya han retornado los bomberos que
venían a seguir limpiando y ahora se encuentran con llamas infernales
tragándose la cuadra completa.
Tres y veinte de la tarde,
todos estamos absortos en medio de un mar de fuego que consume negocios,
carros, camiones, motores, sueños, esperanzas, consume vidas de transeúntes, de
empleados y propietarios, de vendedores y compradores, de niños inocentes y
ajenos a toda tragedia.
Tres y treinta de la tarde, ya es noticia nacional e internacional, nadie sabe qué explotó en el mercadito, las llamas han acabado con los locales que quedaban en él y han acabado con las tiendas del frente, entonces, comienzan las voces a hablar de muertos y entonces comienza el maldito conteo de cadáveres como si fueran hojas caídas de un árbol.
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