San Cristóbal, Leonardo Cabrera Diaz, 20/07/2023.- Al observar el proceder y comportamiento que hoy exhibimos, no sería un pecado pensar que hace tiempo el mundo acabó, que la gente buena ya está en el cielo, y que sólo quedamos quienes no calificamos para alcanzar la gloria. Y que, además, por vivir distraídos en las redes, y en las banalidades, ni siquiera nos hemos dado cuenta.
Probablemente éste sea alguna
especie de purgatorio, y en lugar de permitirnos redimirnos, y sumar los
méritos requeridos para la unción celestial, nos quieren inculcar casi de forma
obligatoria por ojos, boca, nariz, y quién sabe por donde más, nuevos modelos y
patrones de conductas, desnaturalizando todo cuanto concibió Dios, nuestro
Creador. (Génesis 1:27)
Revertir, pareciera ser la
palabra clave, la contraseña, para el nuevo formato, para abrir y compartir los
enlaces, en los que sí, y solo sí, nos convirtamos en los especímenes de la
agenda programada, en la que la ranciedad o tradición, no tiene espacio,
resulta ser algo desfasado, amén de sus valores, eso que importa.
El estropicio es cada día más
fuerte, su desenfreno avasallador tiene acorralado la ética y los buenos
modales. Las obscenidades y palabras burdas se imponen. Son partes del mismo paquete, en el todo incluido, para
izar las banderas multicolores de los que reclaman su territorio, la tierra
prometida.
En tanto, las huestes avanzan
a tropel, el decoro y el honor huyen, buscan donde resguardarse, pero parece
tarde, hay muchas honras perdidas y otras bajo vigilancia. Las grandes
potencias en su afán de poder y hegemonía fabrican e impulsan las guerras, no importan las muertes, ni la sangre derramada, juegan
a ser Dios.
Un juego peligroso. Ya ha
habido escarmientos divinos. Empero, debe haber algún Abraham, intercediendo
ante el Juez Supremo, de que, si tan sólo hubiese diez justos, aplaque su enojo
y perdone su gran afrenta, en aquel entonces, no fue posible, llovió fuego y azufre.
(Génesis 18: 16-33). ¿Ahora cómo será?
Ese es el gran espejo de la
historia, de la vida, cuidado si se refleja ahí, tu rostro.
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