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Los buenos para nada, "ni pan, ni casabe"


Por Leonardo Cabrera Diaz, 30/05/2023.-
En cada provincia y municipio, existen legisladores, alcaldes, concejales y toda clase de funcionarios que, de acuerdo a su proceder ante los problemas de sus comunidades, éstas, los definen como, fríos o «unos buenos para nada», a otros, como «ni pan ni casabe», estos, son los tibios, y   los calientes, que son los activos o eficientes.

Los Fríos, son aquellos que una vez asumen las funciones, no mueven un dedo en favor de sus compueblanos y que regularmente han llegado a sus cargos por alguna cuña importante, por sus aportes económicos a la campaña electoral u otra razón política, pero sin vocación alguna de servicio, lo que entraña su vagancia y les convierte en «unos buenos para nada».

Los Tibios, o los «ni pan ni casabe», son los más simuladores, siempre se las pasan haciendo amagos y se muestran preocupados por sus pueblos pero no resuelven nada, frustrando a todos los que confiaron en ellos, y son tan fuertes que junto a "los buenos para nada", tienen el tupé de querer reelegirse en los mismos cargos o ser electos en otros más altos.

Lo grave del caso es que estos dos grupos, los «buenos para nada» y los "ni pan ni casabe», ocupan una gran parte del Congreso Nacional, como Senadores y Diputados, y en los cabildos, como alcaldes y concejales, por ello, las tantas precariedades y carencias que sufren casi todas las provincias y municipios del país

Y finalmente, Los Calientes, que son los Activos y Eficientes, la excepción de la regla, por tanto, son un grupo muy reducido, casi inexistente, que regularmente son ahogados por «los buenos para nada» y por los «ni pan, ni casabe», aunque en ocasiones logran hacer un buen trabajo en favor del bienestar y desarrollo de sus representados.

De ahí la importancia de tener buen tino al momento de ejercer el voto, para que éste sea de calidad, elegir lo mejor, y así salir de los «buenos para nada» y de aquellos que no son «ni pan, ni casabe», cosa que no será tarea difícil, porque cada quien conoce en su pueblo al ciego durmiendo y al cojo sentado.

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