Foto: Fuente Externa
Qatar, estadio de Lusail, PÍO GARCÍA. - Hubo varios fenómenos paranormales este viernes en el
estadio de Lusail. Extraños sucesos que condujeron a la angustiosa
clasificación de Argentina para las semifinales del Mundial en los penaltis,
tras un partido que gobernaba a placer hasta bien entrada la segunda parte.
La selección albiceleste llegó
hasta ese extremo de sufrimiento porque Van Gaal se sacó de su libreta mágica
una jugada inesperada en el último recodo de la segunda parte, cuando Mateu
Lahoz señaló una falta al borde del área argentina. La brillante maniobra,
ejecutada por Weghorst, permitió a Países Bajos empatar el partido y entrar en
la prórroga con el ánimo crecido. Si no triunfó fue porque el Dibu Martínez,
portero, le echó una mano a Messi en la tanda definitiva y atajó los dos
primeros lanzamientos de los neerlandeses.
FICHA DEL PARTIDO
Países Bajos Noppert; Aké, Van
Dijk, Timber; Dumfries, De Jong, De Roon (Koopmeiners, 46), Blind (Luuk de
Jong, 64); Depay (Weghorst, 78), Gakpo (Lang, 113), Bergwijn (Berghuis, 46)
Argentina Dibu Martínez;
Molina (Montiel, m. 105), Lisandro Martínez (Di María, m., Otamendi, Romero
(Pezzella, 78), Acuña (Tagliafico, 78); Mc Allister, Enzo Fernández, De Paul
(Paredes, 66); Messi, Julián Álvarez (Lautaro Martínez, 82)
Goles 1-0, Molina, m. 35. 2-0,
Messi, m. 72 (p.), 2-1, Weghorst, m. 84, 2-2, Weghorst, m. 90+10
Penaltis (3-4) Van Dijk
(fallo), Messi (gol), Berghuis (fallo), Paredes (gol), Koopmeiners (gol),
Montiel (gol), Weghorst (gol), Fernández (fallo), Luuk de Jong (gol), Lautaro
(gol)
Árbitro Mateu Lahoz (España).
Amonestó a Walter Samuel (técnico), Timber, Acuña, Romero, Weghorst, Luuk de
Jong, Lisandro Martínez, Paredes, Berghuis, Van Dijk, Scaloni (técnico), Messi,
Otamendi, Bergwijn, Montiel
Argentina no juega al fútbol.
Se pasa los minutos frotando una lamparita para que salga un genio. Es un genio
feotón, de piernas cortas, barba rubicunda y cara triste; un genio que nunca
sonríe. Es el de Argentina un frotar angustioso pero esperanzado porque saben
los otros diez jugadores que ese genio, por mucho que parezca ausente, como
paseándose por otros mundos, suele encarnarse en un momento mágico e
impredecible.
Los partidos de la selección
albiceleste se convierten de este modo en una película de suspense, un vagar
por el campo pasándose la pelota o defendiéndose los ataques del rival hasta
que de pronto, sin venir a cuento, el genio decide bajar de las nubes y
materializarse por unos segundos.
Este viernes, en el estadio de
Lusail, ese fenómeno casi paranormal sucedió en el minuto 36. Apareció Messi.
Condujo una pelota al borde del área y filtró un pase hacia Nahuel Molina que
superó grácilmente el bosque de piernas holandés.
Le resultó tan sencillo como
dibujar una raya en la arena. Molina, que tal vez había pedido ese deseo,
aprovechó el regalo del genio y alojó el balón en la portería de Noppert. El
guardameta neerlandés se quedó mirando al infinito, sin saber bien si maldecir
a su defensa o llamar a Iker Jiménez para contarle la cosa tan rara que acababa
de vivir.
Hasta
ese momento, en el partido no había pasado nada. Unos ataquitos por aquí, otros
ataquitos por allá y la sensación de que ninguna de las dos selecciones quería
asumir el mando de las operaciones.
Países
Bajos gozaba más al contragolpe y Argentina frotaba la lámpara. Hubo una bonita
combinación
en el área albiceleste que Bergwijn acabó lanzando fuera y un balón de falta
que atajó con convicción el Dibu Martínez.
Pero todo eso apenas fue
hojarasca, apuntes en sucio, vana contabilidad. Lo único importante sucedió en
el minuto 36 y duró apenas dos o tres segundos.
En la segunda parte, Países
Bajos trató de dominar el partido, pero el equipo de Van Gaal no es ya aquella
naranja mecánica que exprimía a sus rivales hasta dejarlos sin jugo. No sabían
cómo atacar la defensa argentina y el técnico neerlandés acabó recurriendo al
gigantón Luuk de Jong para ver si le caía alguna pelota en el área y había
suerte.
A Argentina estas cuitas no le
importaban demasiado porque el genio andaba suelto. Si Messi no hubiera tenido
unos compañeros tan mortales e imprecisos la cuenta de goles se hubiera ido
incrementando, pero hubo que esperar a que Dumfries cometiera un penalti
absurdo sobre Acuña, al que arrolló en una esquinita del área, para que
Argentina subiera el segundo al marcador.
Messi colocó el balón con
suavidad en las mallas ante un Noppert definitivamente anonadado.
Entonces, cuando ya se vio
cogiendo el avión de vuelta para Amsterdam, reaccionó Países Bajos, que, a
falta de recursos más sutiles, recurrió a las recetas más simples y efectivas.
Van Gaal demostró su tino con los cambios y Weghorst, que acababa de salir,
cabeceó con limpieza un buen balón que le había servido desde la banda derecha
otro suplente, Berghuis.
El partido, en el que ya
habían saltado chispas ocasionales, se puso muy feo. Una falta de Paredes sobre
Aké encolerizó al banquillo oranje, cuyos integrantes salieron en tromba a
cobrarse ellos mismos la cabeza del centrocampista argentino. Mateu sufrió de
lo lindo para tratar de imponer algo de orden, aunque al final la melé se
disolvió entre empujones y Paredes se llevó de recuerdo una tarjeta amarilla.
El árbitro español añadió diez minutos y Países Bajos se dispuso a asediar a
trompicones el área argentina.
Fueron ataques turbios y
enmarañados, pero en el último momento los neerlandeses consiguieron forzar una
falta en la frontal del área. Sucedió entonces lo inimaginable. Resultó que los
naranjas también tenían su genio locuelo, aunque este se escondía entre las
hojas de la libreta de Van Gaal. Koopmeiners amenazó con chutar a puerta, pero
en su lugar cedió la pelota a Weghorst, que estaba camuflado entre la defensa.
Ante la sorpresa de Argentina entera, el atacante neerlandés clavó un disparo
cruzado, al que no llegó el Dibu Martínez.
En la prórroga atacó más
Argentina y tuvo varias ocasiones para resolver el partido, pero no lograron
deshacer el empate. Tuvo que esperar hasta la tanda de penaltis, en donde Messi
descubrió que tenía un aliado mortal, pero muy eficaz, en el Dibu Martínez. La
albiceleste ya está semifinales. Croacia le espera.
Fuente:https://www.abc.es/deportes/futbol/mundial/genio-portero-salvan-argentina-20221209231241-nt.html#vca=rrss&vmc=abc-es&vso=tw&vli=cm-general&_tcode=bG5sMW8y
0 Comentarios