Subscribe Us

Falacia Ad Hominem

 


CUANDO NO SE DEBATE EL ARGUMENTO Y SE RECURRE AL ATAQUE PERSONAL.

Manuel Sosa- La falacia ad hominem es un tipo de abuso. Se basa en ese tipo de diálogo donde tras dejar claros nuestros argumentos o ideas, alguien decide atacarnos no por aquello que hayamos dicho, sino por lo que somos; por nuestro físico, género, raza, personalidad o forma de pensar.

Para utilizar esta falacia se intenta desacreditar a la persona que defiende una postura señalando una característica o creencia impopular de esa persona, en vez de criticar el contenido del argumento que defiende la postura contraria.​

Es ese intento irrespetuoso donde desacreditar a alguien que defiende una idea, poniendo el foco de atención en un aspecto irrelevante, en algo que nada tiene que ver la propia situación.

Se sabe, por ejemplo, que es común utilizarla en medios políticos, así como en contextos judiciales e incluso en campañas publicitarias. El objetivo es siempre el mismo: desacreditar a quien tenemos enfrente, de ahí su raíz latina y su significado: ad hominem, contra el hombre.

La falacia ad hominem nunca aporta razones válidas para rebatir los argumentos, siempre se enfoca en la descalificación y en el descrédito del oponente, y es de gran impacto psicológico porque funciona en situaciones de gran intensidad emocional.

Es decir, se usa mucho para convencer a personas que atienden más a sentimientos que a razones lógicas. Por ejemplo, si una persona profesa una determinada fe o una ideología política, todo lo que dice carece de legitimidad solo por eso.  Se atacan, así, no los argumentos propiamente dichos, sino a la persona que los produce y, más concretamente, su origen, raza, educación, riqueza, pobreza, estatus social, pasado, moral, familia, etcétera.  Para ello, se pone el punto de atención en aspectos superficiales, poco útiles y a menudo sin sentido.

El hecho de insultar a una persona dentro de un discurso —de otro modo racional— no constituye necesariamente una falacia ad hominem. La falacia se comete al limitarse a desacreditar a la persona que está ofreciendo la afirmación, para luego no criticar el contenido de la afirmación.

El peligro para quien utiliza la falacia Ad Hominem es que puede volverse en su contra ya que demuestra su irracionalidad y pobre uso de la argumentación.

ALGUNOS EJEMPLOS DE ESTE TIPO DE FALACIA:

Ejemplo 1

Persona 1: “Creo que la ley laboral debería ser reformada. Los trabajadores necesitan una ley que les proteja”.

Persona 2: “Pero ¿qué te importa a ti, si tú no necesitas trabajar? Nunca has trabajado”.

El hecho de que una persona no haya trabajado no significa que no pueda darse cuenta de las condiciones laborales existentes en su país.

Ejemplo 2

Persona 1: “Nuestra profesora de matemáticas se ganó un premio nacional por una investigación científica”.

Persona 2: “¡Qué sabrán las mujeres de matemáticas!”.

Descalificar a alguien por algún factor de su persona (en este caso, su género) es una forma de herir, humillar y desprestigiarle.

Ejemplo 3

A: "El Estado no está garantizando las necesidades básicas de todos los individuos".

B: "Usted nunca tuvo necesidades, no puede hablar sobre lo que hace el Estado".

En este caso B atacó la moral de A, pero no dijo nada sobre las necesidades básicas. Se dice entonces que el argumento usado por B es una falacia, porque no prueba falsedad, sino que intenta generar la sensación de falsedad.

FUENTES: Wikipedia, página web La mente es maravillosa y página web Lifeder.

Publicar un comentario

0 Comentarios