“Pero, tu tranquila, ya vendrán tiempos peores”, Joaquín Sabina.
The Hunger Project es una organización benéfica con sede en el Reino Unido según la cual 690 millones de personas en todo el mundo viven con hambre crónica, 850 millones están en riesgo de pobreza debido a covid-19, de esos 690 millones, el 60% son mujeres.
El gigante internacional de
alimentos Kraft Heinz advirtió esta semana que la gente tendrá que
"acostumbrarse a precios más altos de los alimentos" como resultado
de la inflación "generalizada" posterior a la pandemia.
La doctora Sarika Kulkarni,
fundadora y fideicomisaria de Raah Foundation, con sede en Bombay, India, está
de acuerdo con la opinión de Miguel Patricio, el jefe de Kraft Heinz, de que
los precios de los alimentos se mantendrán altos.
Durante la pandemia, muchos
países vieron caer la producción de materias primas, desde cultivos hasta
aceites vegetales.
Las medidas para controlar el
virus y la enfermedad limitaron la producción y distribución.
A medida que se ha ido
recuperando la oferta, muchas economías no han podido ajustarla a la demanda,
lo que ha llevado a un alza de los precios.
El aumento de los costos
salariales y energéticos se han sumado a la carga a la que se enfrentan los
fabricantes.
"Los precios son una
correlación directa de la demanda y la oferta", explica Kulkarni, experta
en alivio de la pobreza.
"Mientras que la
población aumenta y la demanda de alimentos se incrementa continuamente, la
cantidad de hectáreas bajo cultivo está disminuyendo debido a múltiples
desafíos y problemas que incluyen la disponibilidad de agua, el deterioro del
suelo y su calidad, el cambio climático y el aumento de casos de variaciones
climáticas extremas, el desinterés de las nuevas generaciones en la agricultura
como ocupación, etc.".
"Los agricultores enfrentan
diversos retos que se reflejan en el precio de los alimentos, que continúa
aumentando", agrega.
Según el subsecretario general
de Asuntos Humanitarios de la ONU, Martin Griffiths, "cuando finalmente se
abre la puerta la hambruna, se vuelve viral de una manera en la que otras
amenazas quizás no lo hacen".
Las mujeres y las niñas son
particularmente vulnerables como resultado del aumento de la pobreza y el
aumento de los precios de los alimentos.
"Las mujeres nos hablan
de las medidas desesperadas que deben tomar para encontrar con qué alimentar a
sus familias, incluido el intercambio de sexo por comida, el recurrir a
matrimonios precoces e infantiles, como escuché hace poco cuando estuve en
Siria", recordó.
Algunos de los que más
inseguridad alimentaria sufren a nivel mundial son los pequeños agricultores,
dice Karen Hampson, gerente de Desarrollo de Programas en Farm Radio
International.
"El aumento actual del
precio de los alimentos es un arma de doble filo para ellos", apuntó.
"Por un lado, las
familias campesinas necesitan comprar los alimentos que no pueden cultivar, por
lo que sus costos aumentan o su acceso a los alimentos disminuye, lo que genera
hambre y desnutrición", explicó.
Y "por otro, al menos en
teoría, el alza del precio de los alimentos debería significar más ingresos por
los productos que venden".
"Sin embargo, en la
mayoría de los casos, el aumento de los precios de los alimentos no parece
traducirse en más ingresos para los agricultores, especialmente para los de
pequeña escala en África".
Como señala la doctora
Kulkarni, la pobreza es directamente proporcional a los precios; a medida que
la pobreza aumenta, desafortunadamente los precios también aumentan, destruyendo
los pequeños presupuestos que tenían.
"El alza del precio de
los alimentos está causando desnutrición, hambre y muchos otros desafíos
relacionados con la salud para las comunidades más pobres. Las está atrapando
en un círculo vicioso de hambre, mala salud y pobreza".
Development Initiatives es una
organización global que aprovecha el poder de los datos y la evidencia para
tratar de acabar con la pobreza, reducir la desigualdad y aumentar la
resiliencia, y su director ejecutivo, Harpinder Collacott, está de acuerdo con
Kulkarni.
"La pobreza extrema en
particular se calcula sobre la base de los ingresos necesarios para satisfacer
las necesidades básicas, y la comida es una proporción significativa de
eso", explica.
"Si el costo de esos
alimentos aumenta, cada vez más gente no puede satisfacer sus necesidades
básicas, lo que significa que es empujada a la pobreza extrema o por debajo de
la línea de pobreza extrema", agrega.
Para hacer frente al impacto
del alza del precio de los alimentos, los habitantes de los países
desarrollados pueden optar por evitar los artículos de lujo, pasar menos
vacaciones en el extranjero o incluso administrar cuidadosamente su
presupuesto.
En los países
subdesarrollados, como se mencionó anteriormente, no todos tienen esas
alternativas y hay quienes están desesperadas que a menudo se ven obligados a
comerciar sexo por comida, tal como ya mencionamos.
La ONU, los organismos regionales y los gobiernos respectivos pueden adoptar enfoques convencionales para sacar a las personas de la pobreza, para enfrentar el desafío del aumento de los precios de los alimentos. Y muchas organizaciones benéficas de todo el mundo se están centrando en métodos innovadores.
"La asistencia
alimentaria y de medios de subsistencia debe prestarse en conjunto", dice
el director general de la Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación, Qu Dongyu.
"Apoyar los sistemas
agroalimentarios y brindar asistencia a largo plazo allana el camino hacia la
recuperación más allá de la supervivencia y aumenta la resiliencia. No hay
tiempo que perder", dijo.
Fuente y más información en https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-58925872
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