Santo Domingo, Por Julio César García. - Dentro de las actividades conmemorativas del 60.º aniversario de la Universidad APEC, se otorgó a la escritora y filóloga española Irene Vallejo el título de doctora honoris causa el pasado martes. Al día siguiente, en un conversatorio auspiciado por el Festival Internacional Mar de Letras, se presentó “El poder de la palabra contra la palabra del poder”, en el que, bajo la moderación del poeta y ensayista José Mármol, Irene Vallejo se acercó en cuerpo y alma a un público que se sumergió en su historia más íntima.
Este
encuentro formó parte del Festival Internacional Mar de Palabras, un evento
organizado por la Fundación René del Risco Bermúdez. Su presidenta y directora
general, Minerva del Risco, agradeció al gobernador del Banco Central, Héctor
Valdez Albizu, y a su esposa; a UNAPEC y su rector, Erik Pérez Vega; al decano
de la Facultad de Humanidades, Alejandro Moscoso Segarra; al Centro León; y, de
manera especial, a Irene Vallejo, a quien dedicó estas palabras:
“Nuestro
agradecimiento más profundo a Irene Vallejo, porque tu sola presencia ilumina
este encuentro. Gracias por tu generosidad infinita, por ser parte de Mar de
Palabras y por compartir con nosotros tu sensibilidad, tu voz y tu mirada sobre
la importancia de los libros, de las historias y de las palabras”.
Vallejo supo contar su vida desde antes de existir en este plano físico. Habló de sus tres abuelos maestros, de los tiempos de la dictadura en España y de la prohibición de ciertos libros. Narró cómo su padre logró obtener y regalar a su madre Trilce, del poeta peruano César Vallejo, cuando esa obra se encontraba censurada, así como las reflexiones de sus abuelos sobre la educación y la lectura.
Uno de
los momentos de mayor intimidad llegó cuando abordó el origen de su libro El
inventor de viajes, escrito para su futuro hijo. Compartió los miedos y
angustias del parto, relató la estancia del bebé en la incubadora y expresó su
agradecimiento a los avances biomédicos que permitieron que sobreviviera.
La
relación de Irene Vallejo con la República Dominicana pasa por su encuentro con
los escritos de Pedro Henríquez Ureña, de quien habla como se habla de un amigo
con quien se han compartido momentos entrañables —porque leer es también
compartir tiempo con quien escribe—.
Vallejo rescata de Henríquez Ureña la función pedagógica de la lengua e invita fervientemente a encontrar en la lectura esa conexión con el futuro que no pierde de vista al pasado.
Su
pasión por los libros, destilada en su obra El infinito en un junco, con la que
obtuvo en 2020 el Premio Nacional de Ensayo de España, la lleva a recorrer la
historia de los libros, la educación y la transmisión del conocimiento.
“En un
mundo marcado por la desinformación y la fragmentación del saber, la obra de
Vallejo se ha convertido en un referente contemporáneo en defensa de los
libros, la memoria y las bibliotecas como espacios de resistencia cultural”.



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