San Cristóbal, Por Leonardo Cabrera Diaz. - A diario acontecen hechos y situaciones que nos alarman. Noticias que nos estremecen y que nos hacen sentir inseguros, desprotegidos y en desconcierto.
El desenfreno al que la
ambición de poder y hegemonía, así como el desmedido afán de riquezas y los
egos personales, superan los límites de
la prudencia y la sana convivencia
La solidaridad humana en todos
los sentidos, escasea, es un bien en extinción, en poco tiempo será cosa del
pasado.
Vivimos en la era del dislate,
lo que entraña y conlleva necesariamente, a la dificultad de ponerse de acuerdo
porque todos alegan traer consigo la razón, la palabra cierta, la verdad
absoluta.
Época de evidentes adelantos
científicos y tecnológicos, pero de grandes contrasentidos y pérdidas de
valores conductuales en donde lo ético y moral pretenden ser relegados a un
segundo plano como normas y parámetros de la existencia.
El mundo está de cabeza, entrampado en las redes de innumerables diatribas conceptuales que a contra natura, apuntan
hacia la instauración nuevos formatos de interacciones humanas y sociales.
Estos pretendidos esquemas
traerán consigo que una nube blanca surque
los cielos con la redentora presencia
del Sumo Creador, para con fuego y azufre poner fin a esta ignominia, y
purificar la tierra.
Esa será la gran reprimenda
divina.
Con Dios siempre, a sus pies.
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