San Cristóbal, 16/05/2024.- Ser juez justo es el acto más difícil para un ser humano, juzgar no es que sea difícil (Juzgamos a diario), lo que si lleva a otro nivel es cuando al juzgar le colocamos la coletilla de ser justos y es que la justicia no es moneda de sólo dos caras, es mas bien diamante de varias aristas.
Cuando ante los hombres se
presenta la oportunidad de decidir sobre el destino de otros hombres, son
muchos los factores a tomar en cuenta, y más aún están esos detalles minúsculos
que en tantos y tantos casos quedan ocultos para quien juzga.
Juzgar y decidir sobre el
destino de una nación no es cosa fácil, ese trabajo que se encomienda a las
juntas electorales en los países cuyos sistemas se llaman democráticos, es un
trabajo que debe hacerse con la certeza del médico que bisturí en mano tiene
que descubrir una arteria.
En países como el que nos toca
vivir donde cada partido lucha incansablemente por hacer trampas y donde cada
candidato busca a su conveniencia desmeritar el trabajo de quienes van a servir
de jueces en un proceso electoral, es un capitulo que no todos pueden leer y
demostrar que aprendieron.
Son muchos los jueces
electorales que han salido de las juntas centrales al zafacón de la historia directamente,
sin pasar por alguna otra instancia que les permita reivindicar su condición
humana.
En esta ocasión la junta
electoral de la república dominicana ha podido nadar a contra corriente y sigue
teniendo ante la ciudadanía un valor enorme, que le coloca entre las
instituciones de mayor credibilidad nacional.
Estando en la recta final de
la campaña política esta junta central electoral que ya salió bien en las
elecciones anteriores donde su desempeño paso sin cuestionamientos políticos o
ciudadanos, “en los casos que se dieron y se denunciaron en ningún momento se
cuestionó a la junta, mas bien se acusaron los partidos entre ellos”.
El nuevo momento de regresar a
juzgar el comportamiento de los partidos políticos en las elecciones está a la
vuelta de la esquina y del desempeño de sus miembros dependerá que pasen a la
historia como grandes jueces o pasen directamente a su zafacón.
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