San Cristóbal, 25/04/2024. - La realidad de la vida nos muestra que situaciones que acontecen en lugares distantes en el universo pueden encontrar eco en nuestro entorno más cercano. Para ilustrarlo, examinemos dos casos que han provocado indignación en la sociedad dominicana: uno ocurrido en Santo Domingo y otro en el municipio de San Cristóbal.
El primero de estos casos es
el asesinato del joven estudiante universitario Joshua Omar Fernández. El
segundo, el homicidio del empresario Warner Romero. Ambos unidos por el
fatídico vínculo de la delincuencia.
La muerte de Joshua Omar
Fernández ha dejado un dolor imborrable entre sus familiares, amigos y vecinos.
Lo veían como un joven con un futuro prometedor, lleno de aspiraciones y con el
firme propósito de graduarse como ingeniero industrial.
El joven de 19 años perdió la
vida debido a un disparo en la cabeza durante un atraco, tras salir de un
centro de entretenimiento donde compartía con sus compañeros de clases del
Instituto Nacional de Formación Técnica Profesional (Infotep), en el ensanche Naco
del Distrito Nacional. Ante este caso, surge la pregunta: ¿Debe uno pagar un
precio tan alto por ser joven, por disfrutar de un momento de diversión o por
ser bueno?
Por otro lado, Warner Romero
se dedicó desde temprana edad al negocio de la venta de pollos. Comenzó como
vendedor en un puesto de ventas y, junto con sus hermanos, emprendió el negocio
de la venta de pollos fritos, estableciendo en poco tiempo uno de los negocios
más populares en el municipio de D´Mary Sazón. Su negocio experimentaba un crecimiento
constante en volumen de ventas cada día.
Justo cuando su negocio
alcanzaba su punto álgido, fue interceptado en su camino a casa y baleado por
desconocidos con la intención de robarle sus pertenencias. Un hombre
trabajador, ejemplo de superación y emprendimiento, que labraba su camino hacia
el éxito a través de innumerables sacrificios, cae víctima de la delincuencia.
Y uno no puede evitar preguntarse: ¿Debe pagarse un precio tan elevado por ser
emprendedor, por trabajar con honestidad, por salir a trabajar y aspirar a
regresar a casa, por ser diligente, por ser bueno?
Como sociedad, nos enfrentamos
a la seria responsabilidad de abordar el tema de la delincuencia y buscar
alternativas efectivas para combatir este flagelo que cobra tantas vidas en la
actualidad. Debemos examinar nuestra sociedad en su totalidad, identificar sus
fallas que nos hacen vulnerables a la delincuencia y corregirlas. El precio que
debemos pagar debe ser asumido en conjunto, pero no podemos permitirnos seguir
pagando un precio tan alto por ser buenos.
2 Comentarios
Sin palabras, ante hechos tan degradantes de la condición humana; como sociedad, tenemos que ir al fondo de los determinantes causales de la violencia en todas sus formas, construir un mejor país.
ResponderEliminarMuchas Gracias, valoro mucho este comentario Rosina
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