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"No fuña yo"... "cojollo"


Por Leonardo Cabrera Diaz. -
San Cristóbal, necesita con carácter de urgencia algo de aliento. Una motivación, que se convierta en un aliciente de esperanzas que la arranque de los brazos del escepticismo que la aprisiona y hasta la hace sentirse culpable y arrepentida, al extremo de rasgarse las vestiduras y repetidas veces decirse, "caray, para que los elegí." No fuña yo" "cojollo." "Otra vez, me dejé engañar".

San Cristóbal, requiere de algo que rompa esa cotidiana y aburrida monotonía   en las que discurren sus días, sólo diferenciados entre sí, por el aumento del deterioro de los servicios públicos y la desidia de sus autoridades, que ni siquiera se dan por enterados, y siguen jugando a la política, retozando con sus necesidades, sin observar, ni percatarse del evidente desencanto, ni de los truños, ni de los tantos buches de enojos e inconformidades de la gente.

Para ellos, todo anda bien, es solo cuestión de un parche aquí y otro parche allá, una promesa aquí y otra promesa allá, pero nada de grandes obras, y ni las pequeñas que inician las terminan en el tiempo programado, en fin, nada que signifique soluciones definitivas a equis o a yes.

San Cristóbal, carece de  autoridad con autoridad, carece de un funcionario que ronque, que sus palabras se escuchen  en las alturas  y se les preste atención, alguien, que con el puño o con las manos abiertas golpee duro y fuerte,  sobre la mesa de los repartos para reclamar y exigir todo cuanto necesitamos, sabrá Dios, la razones, si es miedo escénico, o temor a perder el rango que ostentan,  por eso, casi siempre, se nos ignora  y cada vez,  son más exiguos y pírricos los recursos o partidas económicas, que  nos asignan en el Presupuesto Nacional.

 

San Cristóbal, amerita que se le preste atención sincera, lejos de la politiquería barata de tiempos electoreros, en donde si, y solo sí, le hacen creer y pensar que todos sus enconos y frustraciones, serán cosas del pasado.

Porque se aproxima un hermoso renacer, en los que habrá empleos de sobra, circunvalaciones, ciudad de la salud, calles asfaltadas, seguridad y soluciones a diestra y siniestra.

Pero, para que  todo esto suceda, solo hace falta un pequeño detallito, algo hasta medio pendejo si se quiere, una pequeña contribución de la población y es,  la de   levantarse  temprano para ir a  votar,  y luego cruzar los dedos y encomendarse a todos los santos para ver,, "sí por si acaso ocurre" y se dan las condiciones para cumplir lo prometido.

 

Por lo visto a San Cristóbal, habrá que hacerle un gran despojo de arriba abajo y de abajo arriba, un baño de agua   caliente, con alcanfor, yerba Luisa, Juana la blanca, anamú, rompesaraguey, ruca prieta y bruca amarga, ruda, túa túa y además, echarle trementina, pinol, creolina y amoniaco para espantar los malos espíritu que viven dentro de algunos políticos del patio.

También, será necesario, preparar una gran desahumera con mucho incienso y mirra y caminar por todas las entradas y salidas de la ciudad, y después darle una friega con alcohol y agua Florida.

Y qué todas las Iglesias Católicas, las Pentecostales, Adventistas, Evangélicos, Testigos de Jehová, y demás eleven sus plegarias a Dios, para que meta sus manos por San Cristóbal, y nos libre de políticos vagos, que presumen de ser serios e impolutos, pero, que en lugar de pensar en su pueblo, se concentran solo en sus intereses particulares, egos y sus bolsillos.

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