Por Leonardo Cabrera Diaz,18/06/2023.- El poder a veces hace pensar a los hombres que son infalibles y, que tienen para sí, la facultad del que todo lo puede, y obvian los procedimientos, y el debido proceso de las cosas, echando a un lado las reglas y las normas.
Es tan así, que con las llaves
en las manos, rompen las cerraduras y derriban las puertas, contaminando las buenas intenciones, que
quizás impulsan su proceder, dando paso a las conjeturas y especulaciones,
alimentando el morbo de los incrédulos, las dudas de los sensatos y el asombro
de los súbditos, que sólo se atreven a comentar en voz baja; "el poder lo
volvió loco”, Y en el murmurar de los
hechos, todos tienen su verdad, una verdad quizás, no tan bien repartida,
porque algunos la tienen en su corazón y
otros, en sus bolsillos.
Ahí se complica la cosa, han
encerrado lo correcto, entre comillas.
Y de seguir San Cristóbal
indiferente ante las cosas que son inherentes para su avance y progreso, sin
reclamar, ni exigir de las autoridades que nos adornan, que dejen su amagar y
no dar, y busquen soluciones a nuestros problemas, ellos, seguirán en su
anomia, porque al parecer nos han bautizado, y están más que convencidos de que
somos un pueblo "Gil”, como dice el bolero La 40, de Francisco Gorrindo,
que popularizó el guapachoso Rolando Laserie.
Y en ese amagar y no dar, que
caracteriza a nuestras autoridades y en ese "espérame ahí, que vengo
ahora," se esfuman las esperanzas y crece el desconcierto, y nos recuerda
a nuestro gran Jhonny Ventura, que en gloria esté, cuando entonaba con su Combo
Show, el merengue que decía:
Musa, tataramusa, fundillo
pelao,
Siempre ta guillao,
Musa, tataramusa, fundillo
pelao,
Siempre ta guillao,
Vamos a dar sin reír,
Vamos a dar y reír,
Amagar y no dar,
Amagar y dar,
Amagar y no dar,
Un pellizquito y mandarse a
huir.
Un pellizquito y mandarse a
huir.
Tal parece que los muchachos
del patio
jugaron mucho el Guataco, y
todavía siguen en eso.
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