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Los
trastornos de alimentación se agravan al seguir modelos de entrenamiento
intensos y perseguir objetivos irreales. Qué recomiendan los especialistas
Como en la anorexia, la ortorexia implica la restricción de la cantidad y variedad de alimentos ingeridos, por lo que una de sus primeras consecuencias es la desnutrición. Por lo tanto, los dos trastornos comparten muchas de las mismas consecuencias físicas.
Comer
sano siempre es la mejor opción para la salud. Una dieta balanceada, con
abundantes porciones de frutas y verduras y baja en grasas, azúcares y
alimentos ultraprocesados, es una de las mejores herramientas para evitar
enfermedades y alcanzar la longevidad.
Sin
embargo, el camino de lo saludable también capta fanáticos, personas que se
obsesionan con la “alimentación pura”, a tal punto que les provoca angustia y/o
ansiedad ingerir cualquier producto que no cumpla con sus requisitos rigurosos.
Estas personas sufren ortorexia, una conducta de alimentación estricta que
provoca el efecto contrario: un deterioro clínicamente significativo de los
parámetros de salud.
La
Asociación Nacional de Trastornos de Alimentación de EEUU señala que el término
ortorexia se refiere a la obsesión por la alimentación sana. Aunque estar
consciente y preocupado por la calidad nutricional de los alimentos que se
consumen no es un problema en sí mismo, las personas con ortorexia se
obsesionan tanto con la denominada alimentación saludable que dañan su propio
bienestar.
Entre
las consecuencias de la ortorexia se encuentra un deterioro sustancial de la
calidad de vida, riesgo de desnutrición, de anemia y de carencia de
oligoelemento, osteoporosis y hasta síntomas depresivos y de ansiedad.
El
término deriva del griego orthos (correcto) y orexia (alimentación), y fue
acuñado por el médico estadounidense Steven Bratman en 1997. Dado que en muchos
países la ortorexia aún no se clasifica oficialmente como una condición médica,
no se ha estudiado tanto como otros trastornos de alimentación. Sin embargo,
varios estudios científicos señalan entre el 1% y el 7% de la población sufre
de ortorexia y el número va en aumento.
De la obsesión por lo sano a la obsesión
por el fitness
Paulatinamente,
desde la década del 80, los gimnasios empezaron a convertirse en centros de
vida sana y, a la vez, en templos para alcanzar una buena apariencia y un
físico esculpido. El boom de la gimnasia aeróbica, popularizada por Jane Fonda,
cambió el vínculo con el entrenamiento y la actividad física para quienes no
eran deportistas habituales o atletas aficionados.
“Hacer
ejercicio se vendió como una forma de atraer a una pareja, para ser más feliz y
algo que solo los ricos podían suscribir”, señaló Alexandra Weissner,
propietaria y entrenadora principal de Brunch Running, una comunidad social de
corredores, al medio estadounidense Neo.Life.
Las
personas con ortorexia eliminan un número cada vez mayor de grupos de alimentos
(todo el azúcar, todos los carbohidratos, todos los lácteos, toda la carne,
todos los productos de origen animal).
En
los años 90 surgieron las máquinas elípticas, las giratorias y las clases de
zumba. La década de 2000 abrió la puerta a la amalgama entre actividad física y
bienestar, con los estudios de yoga y Pilates como pilar para verse bien
gracias al entrenamiento consciente. En este camino, a partir del 2010 el
ejercicio intenso se popularizó al calor del entrenamiento funcional, el hiit,
las pesas rusas y el CrossFit.
En
este espiral de cada vez más exigencia física, muchas personas cayeron en la
trampa del cuerpo perfecto, y el objetivo de estar sano y saludable se tornó
una obsesión que empieza en el desayuno y termina en largas horas de
entrenamiento en el gimnasio para eliminar la grasa y perseguir un cuerpo
fuerte, tonificado y “casi magro”.
En
esa persecución sin fin y obsesiva de un cuerpo saludable, la ortorexia va
agravándose con entrenamientos intensos y extenuantes, lo que, en lugar de
mejorar la salud, provoca el efecto contrario, un daño a la salud integral de
quienes la padecen.
Varios
estudios científicos señalan entre el 1% y el 7% de la población sufre de ortorexia
y el número va en aumento.
Según
la Asociación de Lucha contra la Bulimia y Anorexia (Aluba) por lo general, los
pacientes con ortorexia desarrollan sus propias reglas alimentarias, y
experimentan conductas similares a las de personas anoréxicas y/o bulímicas,
con la salvedad de que su preocupación se centra en la calidad de los
alimentos, y los otros se fijan en la cantidad y calorías. Muchos de ellos
sufren de “dudas” sobre sus propias reglas, lo cual les resulta torturante y
provoca angustia a la hora de las ingestas.
Claramente,
no existe un vínculo inexorable entre más horas e intensidad de entrenamiento y
los casos crecientes de ortorexia, pero la obsesión por los cuerpos perfectos y
las promesas mágicas de muchos influencers en redes sociales, no mejoran el
escenario.
Cuáles son los síntomas de la ortorexia
Las
mujeres que sufren ortorexia suelen dejar de menstruar, de ovular y por ende no
logran quedar embarazadas.
-
Chequear de manera compulsiva la lista de ingredientes y etiquetas de los
alimentos
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Eliminar un número cada vez mayor de grupos de alimentos (todo el azúcar, todos
los carbohidratos, todos los lácteos, toda la carne, todos los productos de
origen animal)
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Ingerir solamente un grupo reducido de alimentos que se consideran saludables o
puros
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Inusual interés en si lo que otras personas comen es saludable o no
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Pasar varias horas al día pensando en qué comida se servirá en los próximas
reuniones sociales o familiares
-
Mostrar altos niveles de angustia cuando los alimentos “seguros” o saludables
no están disponibles
-
Seguimiento obsesivo de cuentas de comida y estilo de vida saludable en redes
sociales
El
término ortorexia fue acuñado por el médico holístico Steven Bratman en 1997. “Actualmente
no existen tratamientos clínicos desarrollados específicamente para la ortorexia,
pero muchos expertos en trastornos de alimentación tratan la ortorexia como una
variedad de anorexia y/o trastorno obsesivo-compulsivo”, indica la Asociación
Nacional de Trastornos de Alimentación de EEUU.
Por
lo tanto, el tratamiento suele incluir psicoterapia para aumentar la variedad
de alimentos ingeridos y la exposición a alimentos temidos o que provocan
ansiedad, así como la recuperación del peso corporal perdido, según sea
necesario.
https://www.infobae.com/america/tendencias-america/2022/10/25/ortorexia-y-ejercicio-fisico-excesivo-cuales-son-los-riesgos-de-la-obsesion-por-estar-sano/
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