Román Guerrero
Santo Domingo. – Los hechos lo señalan como el asesino de cuatro
personas y el que disparó e hirió a 6 policías, los medios han sacado los
videos y las redes han explotado de tanto repetir, compartir, ver y comentar el
hecho que gráficamente se muestra, las fotos de todos los tamaños y a todo color
circulan en los medios escritos, si es el, es Daniel el ebanista.
Los
hechos se precipitaron como bola de nieve en bajada, el universo conspiro en su
contra, las puertas que para toros están abiertas de par en par para el estaban
cerradas con grandes cerrojos, no era violento, no era malo, era una buena
persona, pero se cansó, se cansó de que le robaran, de que la policía no le
prestara ayuda, de que la fiscalía no hiciera su trabajo, fue víctima del
sistema.
Daniel
había advertido a sus victimarios diarios que dejaran de robarle, que le
dejaran trabajar tranquilo, de ellos solo recibió en cambio burlas, mofa, desafíos,
¿y dónde está tu escopeta?, búscala que te la vamos a hacer comer.
Daniel
se había levantado de buen ánimo, no imagina que este sería su ultimo día
caminando sobre esta tierra, trabajo y en la noche vio como le robaban madera
de su taller, no lo pensó dos veces buscó su arma y por su cuenta hizo justicia,
por el mismo consiguió hacer lo que tanto había pedido a la sociedad que
hiciera.
De
pronto y como siempre cuando ya es muy tarde llego la policía, Daniel contra
ellos también cargo su ira, su rabia, su impotencia, esos que tantas veces se habían
hecho de la vista gorda los conocía y sabía que eran cómplices de estos
ladrones, policías que por par de pesos se ponían del lado de los delincuentes,
les disparo y logro herir seis de estos, luego de un tiempo de intercambio de
disparos y recibir los gases de las bombas lanzadas por la policía Daniel cayó,
sus brazos en cruz como los del hijo de Dios en el Gólgota.
Román Guerrero Tavárez (Daniel el ebanista) termino sus días de hombre serio y trabajador
por culpa de una sociedad que sigue fallando al momento de proteger las víctimas
y encubrir a los victimarios, este ciudadano cero de Villa Pereyra en La Romana,
este ciudadano ha muerto víctima de una sociedad que protege a los delincuentes
y se ensaña con los hombres y mujeres honestos.
"A Daniel lo mataron, nos
mataron a Daniel para que no delatara a los delincuentes", dijo el señor Víctor mientras acudía a la
residencia de su hermano, cerca del negocio de ebanistería.
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