Por -Domingo Caba Ramos
Consideraciones generales
acerca de los gentilicios
Gentilicio, desde el punto de
vista etimológico, y según el Diccionario de la lengua española, es un vocablo
que procede de la voz latina “gentilicius” y esta de “gentîlis”, que significa
«que pertenece a una misma nación o a un mismo linaje»Domingo Caba Ramos
En su sentido profundo, se
define como la palabra (adjetivo o sustantivo) que designa la nacionalidad,
raza y procedencia geográfica o lugar de origen de una persona. Por esa razón,
aunque existen otras causas que lo originan (históricas, culturales, usos
coloquiales...), en la mayoría de los casos, los gentilicios derivan del
topónimo (nombre de lugar) a que hacen referencia: dominicano, de República
Dominicana; nicaragüense, de Nicaragua; panameño, de Panamá; argentino, de
Argentina, cordobés, de Córdoba; tamborileño, de Tamboril; mocano, de Moca,
etc. Esto significa que casi siempre el gentilicio es inseparable del topónimo
del cual procede.
Cuando así ocurre, por
convención o acto espontáneo de los hablantes, en español, por lo general, los
gentilicios se forman mediante el procedimiento morfológico consistente en
agregar sufijos a la raíz o base léxica del topónimo. Entre los más comunes sufijos
utilizados al respecto merecen citarse : ense (estadounid - ense) ; eño
(capital – eño ) ; ero ( haban - ero ) ; ino (argent - ino) ; ano (dominic –
ano ) y és ( franc – és).
De lo antes expresado se
infiere que para la conformación de los gentilicios no existen normas
académicas que establezcan cómo llamar a los nativos de un lugar. Esas voces
distintivas, la comunidad lingüística las crea, las asume y utiliza como sello
de identidad, y es el uso colectivo que los hablantes lo que define su validez.
Al no depender de reglas fijas, en su caso tampoco rige el criterio de
corrección, vale decir, en lugar de usos correctos o incorrectos, cuando de los
gentilicios se trata, lo preferible sería hablar de validez o no validez.
Esa pertinencia o validez está
determinada, no por su mayor o menor sujeción a una regla gramatical, sino por
el peso de la costumbre, de la convención y permanente presencia en el uso
cotidiano de la lengua. En tal virtud, deberán considerarse válidos o
representativos todos aquellos gentilicios que, como antes se planteó, la
comunidad o parte de ella, los haya adoptado como tales por la fuerza de la
costumbre; pero muy especialmente, los que han sido impuestos por la mayoría de
los hablantes de esa comunidad. Al margen de esta consideración, sin embargo,
es muy común que se apele a la autoridad o al criterio académico para
atribuirle valor a un gentilicio, considerándolo o no correcto en virtud de lo
que acerca de su significado establezca en su diccionario la Real Academia
Española (RAE).
Conforme al juicio precedente,
vale aclarar, que si bien son muchos los gentilicios que aparecen consignados
como entradas en el diccionario académico, ello se debe a que la RAE los recoge
del habla viva en un determinado momento (sincronía ) y los registra en dicho
lexicón, más con intención descriptiva que prescriptiva. De ahí que aparezcan
en este, voces gentilicias, “santiaguense/santiagués” y “sancristobero”, por
ejemplos, cuyos usos generalizados no se corresponden con la realidad
lexicográfica o el auténtico sello de identidad del lugar sobre el cual versan:
Santiago de los Caballeros y San Cristóbal, República Dominicana, toda vez que
los hablantes de estas demarcaciones, en su mayoría, se identifican como
“santiagueros” y “sancristobalenses”, respectivamente, y no como “santiaguense”
y “sancristobero”. Escasamente a un nacido en el municipio de Santiago de los
Caballeros se le escuche usar el término “santiaguense” y mucho menos
“santiagués”.
En la aceptación y difusión de
las voces gentilicias, vale precisar, en ocasiones prima lo subjetivo, las
preferencias, los gustos y el punto de vista particular del hablante. A tono
con este planteo, para identificar a los naturales de un determinado espacio
geográfico, se prestigia el uso de una de esas voces, no en virtud de su alta
frecuencia en los actos habituales del habla, sino motivado por el deseo de que
sea esta el gentilicio que mejor lo represente.
Fue lo que sucedió, por
ejemplo, con el el destacado abogado y genealogista, doctor Julio Genaro
Campillo Pérez (1922/2001), quien hasta la hora de su muerte defendió la tesis
de que el nombre que debía utilizarse para nombrar a los nacidos en la ciudad
de Santiago de los Caballeros debía ser “santiaguense” y no “santiaguero” ni
“santiagués”, ante las circunstancias, según su justificación, de que estos dos
últimos, «ya han sido consagrados para otras ciudades con el mismo nombre de
Santiago». Así lo deseaba el afamado historiador, a pesar de que la realidad
lingüística siempre ha demostrado que en este municipio, vale reiterarlo, muy
pocos de sus habitantes emplean el término “santiaguense”.
Nada genera más confusión,
duda, polémica y vacilación que el uso de las voces gentilicias. Esto quizás se
deba a que una parte considerable de los comunitarios no saben por cuál de esas
voces decidirse, si por la que aparece registrada en el Diccionario de la Real
Academia Española o por la que cotidianamente se oye en boca de los hablantes.
Ocurre también que a un mismo
lugar se le asignan denominaciones distintas, formadas por sufijos diferentes :
santiaguero , santiagués y santiaguense (Santiago) ; bonaense , bonaero (Bonao)
.Y lo mismo sucede con el municipio y provincia de San Cristóbal, cuyo
habitantes se autodenominan sancristobalense (mayoritariamente ), sancristobero
y sancristobaleño, como consta en el Diccionario del español dominicano ( 2013
: 622-23 ), en el cual se definen estos de la misma forma : « Referido a
persona, natural de San Cristóbal, municipio de la provincia del mismo nombre»
Existen también sustantivos
que designan ciudades o regiones del mismo nombre en países diferentes pero con
gentilicios distintos, formados por sufijos también distintos : Santiago (de
Chile ), santiaguino ; Santiago (de Cuba ) santiaguero ; Santiago (de Compostela,
santiagués ; Santiago (del Estero, Argentina ), santiagueño ; Santiago (de los
Caballeros ) , santiaguero, santiaguense y santiagués ); San Cristóbal
(Venezuela), sancristobalense ; San Cristóbal (República Dominicana ),
sancritobalense, sancristobero y sancristobaleño.
¿Sancristobero o
sancristobalense?
Acerca de los términos
“sancristobero” y “sancristobalense” se lee en el Diccionario de la Real
Academia Española lo siguiente:
a) «Sancristobero - Natural de
San Cristóbal, localidad o provincia de la República Dominicana Cristóbal,
localidad o provincia de la República Dominicana»
b) «Sancristobalense - Natural
de San Cristóbal, capital del estado de Táchira, en Venezuela. ...»
No registra el DRAE la voz
“sancristobaleño”, el cual sí consta, como ya se estableció, en el Diccionario
del español dominicano. Sin embargo, las evidencias léxicas parecen demostrar
que el gentilicio dominante o generalizado, empleado por los habitantes de San
Cristóbal para identificarse como nativos de esa sureña ciudad dominicana, es
sancristobalense, no sancristobero, como se lee en el diccionario académico, y
mucho menos sancristobaleño.
En una breve encuesta aplicada
(junio 2021) por el autor del presente ensayo a veinte personas nacidas y
residentes en el municipio de San Cristóbal, se les solicitó que seleccionaran
el nombre o gentilicio (“sancristobero”, “sancristobalense” o
“sancristobaleño”) por ellas utilizado para referirse a los habitantes de su
pueblo. El resultado fue como sigue: 2 (10%) respondieron “sancristobero”, 18
(90%) seleccionaron “sancristobalense” y 0 (0%) “sancristobaleño”. En lo que
respecta a este último, el 100% de los encuestados coincidió en afirmar que
nunca lo habían escuchado.
Para la realización de dicha
encuesta, vale aclarar, solo se tomó en cuenta, como criterio relevante, el que
la persona encuestada fuera nativa de San Cristóbal, pues para el fin que se
perseguía, desde el punto de vista científico, tan válida era la respuesta de
un iletrado como la del más iluminado intelectual, vale decir, el grado
académico de los encuestados ningún mérito le resta a la encuesta.
Pero no solo los resultados de
la encuesta. La relevancia del gentilicio “sancristobalense” también se pone de
manifiesto en los textos periodísticos publicados en los diarios que se editan
en esa zona (San Cristóbal) o por comunicadores oriundos de aquí, aun cuando en
ocasiones existe la tendencia a vacilar en el uso de los términos
“sancristobalense” y “sancristobero”, originando que de manera alternativa
ambos gentilicios se empleen como sinónimos en un mismo texto. A tono con lo
planteado en las primeras líneas del presente párrafo, en los medios se pueden
leer textos como los que a continuación se transcriben:
1) «El alcalde Nelson Guillén
recibió en su despacho al velocista “sancristobalense” Yancarlos Martínez,
oriundo de la comunidad de Santa María...» (Ayuntamiento de San Cristóbal,
13/8/2019 )
2) «Durante dos horas, un
centenar de “sancristobalenses” escuchó a cinco compueblanos analizar distintos
aspectos de la historia moderna del poblado sureño... Pérez destacó la gran
cantidad de “sancristobalenses” que han tenido rango de importancia en el
Estado y en los poderes de República Dominicana» ( José Pimentel Muñoz, El
Nacional, 3/4/2014 )
3) «Los “sancristobalenses” no
cumplen la cuarentena dispuesta por el gobierno» (El Guardián, SC, 31/3/2020)
4) « Llaman a los
“sancristobalenses” unir esfuerzo para recobrar su franquicia béisbol
profesional región sur». (Noticias SC, 18/12/2018)
5) «San Cristóbal Tours
realiza con éxito recital navideño en apoyo de artistas “sancristobalenses”
(http://Espaciodigitalrd.com)
Pero a pesar de recurrente
presencia en las notas precedentes del término “sancristobalense”, la
vacilación, reveladora de inseguridad, en la cual se incurre al utilizar el
gentilicio de San Cristóbal, resulta perceptible hasta en los escritos de
veteranos periodistas y escritores nativos de esta comunidad. José Pimentel
Muñoz, por ejemplo, en uno de los párrafos antes transcritos, parte de un
artículo dado a la luz pública en el vespertino El Nacional en la fecha
indicada, utilizó dos veces la voz sancristobalense, mas emplea
“sancristoberos” en el título de otro texto suyo («Solo para sancristoberos»),
publicado en el diario digital de cuya dirección forma parte (Almomento.Net,
3/4/2020)
Igual vacilación se aprecia en
un artículo en el que no obstante ser el sustantivo «sancristobalense» parte
del título (« Un gran sancristobalense: doctor Domingo Rojas Nina»), en el
primer párrafo de su desarrollo, su autor, oriundo de San Cristóbal, utiliza
dos veces el vocablo sancristobero. (http://miguelinr.blogspot.com ,31/12/2010)
Y lo mismo ocurre en el
reporte «Mangos banilejos con sabor sancristobero» (Sacristobero.com,
2/2/2017), en cuyo desarrollo aparece cuatro veces la voz “sancristobalenses” y
ni una vez el adjetivo «sancristobero»
En fin, si bien es cierto que
a la luz de las evidencias o realidad lexicosemántica se aprecia que en el
habla de la mayoría de los moradores de la provincia y municipio de San
Cristóbal prima el uso del gentilicio “sancristobalense” sobre” sancristobero”
para denominar a los nativos de esta zona, no menos cierto es que una franja
importante de los nacidos en esta población muestra inseguridad acerca de cuál
de las dos voces utilizar, inseguridad que, como hemos intentado demostrar, los
conduce a vacilar o emplear una y otra voz en un mismo contexto o en contextos
diferentes.
El autor es profesor
universitario de Lengua y Literatura.
Tomado de www.diariolibre.com
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