Simeòn Familia |
Ese niño siempre era llevado donde un “entendido”, para que le haga un ensalmo para que las brujas no se lo chupen o cruce alguien y le pase vista o lo que es lo mismo le haga mal de ojo, ensalmo que transcurría entre los más solemnes balbuceos, que no los entendía ni las Ánimas del purgatorio, la señal de la cruz en la frente del niño, era el acento que ponía fin a dicho ceremonial.
Si le daba hipo, se curaba con
una hilacha humedecida con saliva de la madre. Siempre el curioso le
recomendaba un azabache para que lo ate al cuello o al bracito izquierdo, esto
al tiempo que le instruía regar ajonjolí sobre el techo del bohío para que la
bruja, si llegaba, se entretuviera durante la noche recogiendo los granos y
pueda llegar el día, puesto que ellas chupan de noche.
Las brujas, según creencias,
cuando emprenden su tarea, de despojan de su piel, se convierten en pavos,
lechuzas u otros animales y para levantar el vuelo dicen lo siguiente: "
sin Dios y sin Santa María ". No cesan las creencias y con frecuencia se
dice de la persona estable económicamente, que es dueño de un Bacá, ser nacido
de la hechicería, cuya misión es proteger y aumentar la riqueza del amo; pero a
cambio de algo muy querido del amo.
Es así como se tejen
leyendas sobre muertes repentinas de seres queridos, corriendo de boca
en boca , que se lo comió el Bacá de
fulano. La medicina pediátrica la constituía el té de las hojas de naranja
agria, guanábana, Juana la Blanca, cabrita, matuerso, tres flores de cayena,
hojas de siempre fresca y matuerso. Para la gripe siempre se utilizaba el sumo
de maguey asado en el café amargo, para las alergias se usaba sumo de rompe
zaragüey y El sorosí o cundiamor, hojas de ánica, albahaca y pétalos de rosa,
disueltas en agua expuestas al sol.
Ningún niño escapó a un té de
apasote y cañafístol, para los parásitos, muy especial las lombrices; y mucho
menos se liberó de que una señora que fumaba tabasco en su cachimbo, le
quebrara el ajito, colocándolo boca abajo y estirándole los cueros que cubren
toda la columna vertebral hasta oírlos sonar.
Luego le mandaba preparar un
té de los cojollitos nuevos de chacaros con sal. Era la misma señora que
ensalmaba el padrejón, cuando especialmente las mujeres sentían molestias estomacales,
la señora comenzaba a rezar en silencio y frotaba el abdomen de arriba abajo, siempre con sebo
de flande tibio, el mismo que utiliza para el ajito.
El remedio complementario, consiste
en masticar y tragar ajo asado con las hojas de cilantro ancho y un granito de
sal en la boca. Si un niño se
congestionaba, se ataba y en los oídos le echaban el sumo de orégano poleo. En
caso de papera nadie escapó a un collar de tusa de maíz seco; pero antes le
frotaban todo el cuello con tizne de yagua quemado ligado con aceite de
higuereta.
La hoja de salvia era el
cuchillo para el dolor de cabeza, amarrada a la sien con un poco de sebo de
flade caliente y aceite de higuereta o higuera era frecuente ver en las casas
de campo, en el quicio de la puerta principal, una cruz de piñón para alejar
los malos espíritus y un pan, para que nunca falte el sustento, además de una
mata de Sábila para que absorba los malos augurios.
No sólo en aquellos tiempos
era común oír que las personas tenían sus nombres propios a escondida y le
ponían otro nombre con el que se les llamaba en la comunidad, esto era para
evitar ser vendidos en Haití y que lo vayan a volver algún animal, para ponerlo
a trabajar como esclavo al servicio de cualquier amo.
Siempre los hijos debían
respetar padre y madre y el que violaba, se lo llevaba el diablo y sólo lo
devolvía si su padrino o madrina se lo pedía, o si rebuznaba un burro prieto. Era
la época que ser compadre era sagrado, éstos para saludarse, se inclinaban en
reverencia y se quitaban los sombreros y cuando la ausencia de lluvia se
prolongaba, alguien comentaba que cuidado si algún compadre estaba enamorando
su comadre.
No se detienen las creencias y
hasta modernamente se ven en las carreteras y en los caminos, en los que ha
fallecido a alguien a causa de un accidente o riña, colocar tres cruces, esto
con la finalidad de que el lugar no atraiga la muerte de otras personas que crucen
por allí y el alma del difunto no se quede deambulando en el lugar.
Seguimos cabalgando en el
mundo de nuestras creencias y podemos ver, no sólo en los campos, sino, en las
más sofisticadas ciudades que los difuntos no se sacan de las casas o las
funerarias de cabeza, sino, con los pies hacia delante, puesto que la creencia
nos dice que si se sacan de cabeza se muere paulatinamente todo el familiar restante.
Era una certeza del que veía
una mujer andando de noche sola, de seguro se trataba de una muerta, por eso
nadie se le acerca. Es frecuente Cuando una persona presiente malos
presagios y que va a salir, antes de hacerlo, se coloca la ropa interior al
revés para que no le llegue nada malo.
Para invocar la lluvia se hacía
penitencia, consistente en una procesión hacia un calvario, cantando salves propias
de la región y todos descalzos. En algunos lugares con una piedra en la cabeza
con la finalidad de depositarla en el calvario, al cual se le hacía un
semicírculo de piedra. Es así como la primera agua de mayo era bien recibida y
la guardaban en güiros y calabazos, con la finalidad de utilizarla para el
empache o ajito. Era utilizada por las mujeres para lavarse el rostro ya que
esta le rejuvenecería la piel y aumentaba su belleza.
No era permitido que una mujer
con su regla, entrara a ninguna plantación floreciendo, ya que le tumbaba todas
las flores y no se permitía a los
jóvenes bañarse en los ríos y arroyos los viernes santos, ya que Se volvían
peje, esto consecuencia de la famosa leyenda de María la O, en la que una joven
desobediente ,fue a bañarse al río un viernes Santo, en contra de la voluntad
de su madre, por lo que al pasar el tiempo la muchacha no podía salir del río
convirtiéndose su parte inferior en pez, lo que le hacía llorar , llorar y
llorar y sus lágrimas se convirtieron en agua de donde surge lo que hoy es el
mar.
Los jóvenes crecimos con la
creencia que si cercanos al mar le voceábamos: María la O, María la O tu mai es
puta y la mía no, el mar se salía de su nivel y nos tragaba.
Cuando un joven se llevaba una
muchacha, tenía que ir a la casa de los padres al día siguiente, muy temprano,
y decirles la prenda que falta aquí, la tengo yo, a los nueve días la llevaría
a casa de los padres a la ceremonia llamada besa mano, en la que los vecinos y
familiares esperan con alegría.
La hija, con el rostro
cubierto, entra aposento y los padres la siguen, con el rostro cubierto, entonces
besa la mano y se descubre, luego todo termina en parranda, mucha comida y
bebida que se brinda a los presentes.
Siempre se han tejido leyendas
sobre el resguardo. Que Enrique Blanco no muriera en ese instante gracias al
resguardo que le preparó su madre, que Juan o Pedro le tiraron una estocada y
no lo cogieron gracias a resguardo que le preparó la curandera, o que no se
mató que, al caerse del caballo, gracias a ese resguardo. Este sirve para
protegerse de todo lo malo. Este viene siendo una especie de escudo protector
del individuo; la gente lo utiliza hasta para ir a la guerra. Se piensa que una
persona resguardada para matarlo hay que hacer artilugios que contrarresten sus
poderes, es así es así que cuando en los campos una persona ya de avanzada edad
está mucho tiempo en cama y no muere, dicen que tiene un resguardo tragado y le
preparan lo que se llama un tomó para que la persona pueda morir.
Este tomo lo prepara una persona
entendida, con las mismas condiciones y con poderes como los que tiene el que
preparó el resguardo mismo.
En la próxima entrega hablaré
de los santos patrones de cada región de nuestro país y las fiestas que se
celebran y cómo se celebran.
Simeón Familia de los Santos.
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