El sabor de las letras se prueba de sorbo en sorbo, cada palabra tiene su propio sabor, cada letra su propio color y lograr mezclar color con sabor es lo que hace Juan Matos en su -Selección de poemas de amor- que ha titulado Con pecado concebido, de la editora Santuario.
En espacios abiertos, el poeta
Juan Matos sale a pelear con molinos de vientos que en tiempos tan complicados
y marrulleros como estos baten sus aspas tratando de dividir y arrastrar sus
letras, batalla contra gigantes de la ignorancia a los que con cada verso va apuñalando
hasta derrotarlos uno a uno. “Me hago espuma silvestre en la caída libre de tus
aguas, ansiedad del paisaje, motor de vida”
En esta batalla por ganar al tiempo de las letras huecas, Juan Matos se hace acompañar de su amada a quien la muestra vestida unas veces y otras la desnuda ante nuestros ojos para mostrarnos sus mas íntimos dolores “El aguijón zodíaco-silente segador- que discretamente esgrime la hoz de la muerte; subestimo tu estirpe”.
Se hace imprescindible
agarrase de sus versos para salir cabalgando hasta los paisajes que nos dibuja
en sus letras “Brújula excitada por la energía liberada….y toda tú: Cósmica,
infinita, galáctica”. ” Abierto al viento del día-cabalga a galope fuerte, paso
de hierro y tesón. El peso de su pasión es toda una llama viva tras la mujer
encendida”.
La fuerza de la palabra hace
contrapeso a un mundo que se empecina en seguir traficando con lo estéril y banal.
Juan Matos levanta un muro que fortifica con versos y su ejercito de palabras
bien pensadas y colocadas cada una en su lugar nos libra de lo frugal y nos
llena de alegrías cuando nos dice: “Allí estaré en el día y la hora que sean tu
día y hora”, “ Tu verbo pleno, fertiliza mi suelo”.
Agradecer a Juan Matos su vocación
de sembrador, estoy seguro cada quien que lea sus Poemas con pecado concebidos,
refrescará sus deseos de seguir leyendo y tal vez , y por que no, sea inspirado
a escribir para tratar de retratar como lo ha hecho Juan tantos momentos de
vida que son en sí mismos vidas infinitas que se nos escurren por los dedos.
“Muerdo, retorcido, retazos de mi memoria atado a los telurios de tu cuerpo,
rio sin riberas, ¡mujer! Ímpetu del goce acaballada en mí, ¡acaballada!”.
Todo lo escrito es poco cuando recuerdo que (De tus sudores….) ” Traigo de tus sudores, el dulce de lo hecho, al ritmo de tus pechos”. Gracias Juan Matos por este hermoso viaje hasta tus letras Con pecado concebidas.
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