
Así
describe Daniel Simmons su relación con la pornografía.
Todo
comenzó cuando el joven británico, que actualmente tiene 23 años, cumplió 15.
Sus
padres le regalaron una computadora portátil y, como muchos adolescentes,
comenzó a buscar en internet sitios relacionados con el tema.
"Rápidamente
se convirtió en una actividad diaria. Veía porno dos horas cada día. Y en algún
momento, el contenido que empecé a consumir empezó a perturbarme e
intranquilizarme", cuenta Simmons.
Cuando
las cosas empezaron a salirse de su control, se tropezó en internet con un
sitio web dedicado a la adicción a la pornografía y dejó de sentir que estaba
solo.
Temblores,
insomnio y más
"Decidí
abstenerme del porno y la masturbación por 100 días. Las primeras dos semanas
fueron horribles, tuve muchos cambios de humor. Fue realmente difícil",
recuerda Simmons.
Hombre
después de consumir drogas.
Según
un estudio de la Universidad de Cambridge, el cerebro de los adictos a las
drogas reacciona de forma muy parecida al de quienes sufren de adicción sexual.
Y
continúa: "Había noches en las que no podía dormir. Otras, me despertaba
sudando frío. En ocasiones comenzaba a temblar sin razón. Algunas veces me
sentía muy ansioso y otras que podía conquistar al mundo y hacer cualquier cosa
que quisiera".
Según
un estudio realizado por la Universidad de Cambridge, Reino Unido, la
pornografía desencadena en el cerebro de las personas que sufren de adicción
sexual reacciones similares a las que causan las drogas en el cerebro de los
adictos a esas sustancias.
"Hay
diferencias evidentes en la actividad cerebral de los pacientes que tienen un
comportamiento sexual compulsivo y los voluntarios saludables que participaron
en nuestra investigación", afirma Valerie Voon, autora del estudio
publicado en la Biblioteca Pública de Ciencia (PLOS ONE, por sus siglas en
inglés).
Pese
a que no existen muchas estadísticas con respecto al tema, investigaciones
científicas previas sugieren que de 25 adultos, uno sufre de comportamiento
sexual compulsivo, lo que se define como una obsesión con pensamientos
sexuales, sentimientos o acciones que no pueden controlar.
Y
esto puede tener un impacto en la vida del individuo, en su interacción con los
demás y en su trabajo. Además genera sentimientos de aflicción, angustia y
vergüenza.
Consecuencias
En
un artículo publicado en el sitio web de la Asociación Americana de Psicología,
Ana Bridges, psicóloga de la Universidad de Arkansas, en Estados Unidos, y
autora de varios estudios con respecto al tema corrobora este aspecto.
Hombre
viendo una computadora.
Internet
ha hecho que el acceso a material pornográfico sea sencillo.
"La
pornografía está prácticamente en cualquier parte. Internet ha hecho más fácil
que nunca desarrollar una fijación erótica. Cuando el uso del porno se vuelve
intenso en frecuencia o duración, comienza a interferir en otras áreas de la
vida de la persona", indica Bridges.
En
lo que respecta específicamente a las relaciones de pareja, la especialista
señala que en los estudios que ha realizado ha descubierto que, en algunos
casos, la pornografía puede ser beneficiosa para algunos.
Sin
embargo, en el caso de hombres en parejas heterosexuales, lo que suele ocurrir
es que se desconectan emocionalmente de la persona que tienen a su lado.
"Tienen
más secretos, menos intimidad y más depresión", dice Bridges.
La
experiencia de Simmons podría ejemplificar este punto. El joven cuenta que sus
experiencias sexuales con mujeres de carne y hueso no eran satisfactorias.
Alternativas
Según
Robert Hudson, terapista especializado en el tratamiento de la adicción sexual,
Simmons tiene síntomas claros de tener problemas relacionados con el tema.
"El
problema no es consumir material pornográfico. Es como tomar alcohol, la
mayoría de las personas puede hacerlo sin que sea mayor problema. Pero cuando
la situación se apodera de tu vida, es cuando se empiezan a notar las
consecuencias", señala Hudson.
Y
añade: "Es un problema cuando empiezas a cancelar eventos familiares o
encuentros con amigos porque quieres irte a tu casa lo más rápido posible para
ver porno".
Para
el especialista, quienes usan este material suelen estar aburridos, estresados
o solos.
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