Santo Domingo, Por Julio César García. - El Senado de la República designó este martes a los nuevos integrantes de la Cámara de Cuentas, entidad clave en el control y fiscalización del uso de los recursos públicos, con la economista Emma Polanco como presidenta para el período 2025-2029.
Junto
a Polanco, integrarán el órgano fiscalizador Francisco Tamarez Florentino, como
vicepresidente, y los miembros Griselda Gómez Santana, Francisco Alberto Franco
y Ramón Méndez Acosta. Su juramentación está pautada para este miércoles a las
10:00 de la mañana en el salón Polivalente del Senado.
Más
allá de una simple designación, esta nueva composición llega con el compromiso
de restaurar la confianza pública en la institución, luego de un período
marcado por tensiones internas y serios cuestionamientos éticos y funcionales.
El nuevo pleno deberá cumplir cabalmente con su misión constitucional: auditar,
fiscalizar, proponer normas y emitir informes sobre el manejo de los fondos
estatales.
La
Cámara de Cuentas no solo es un ente técnico: es una de las principales
defensas contra el mal uso del dinero público. Su eficacia depende de la
integridad, independencia y transparencia con la que actúen sus miembros. Por
ello, su labor debe ir más allá de lo administrativo y convertirse en un
verdadero ejercicio de rendición de cuentas que fortalezca la institucionalidad
del país.
La
selección del nuevo equipo contó con el respaldo de 20 senadores. Sin embargo,
el proceso no estuvo exento de críticas. El partido Fuerza del Pueblo (FP),
único con representación propia en la Cámara Alta, presentó un informe
disidente por considerar inadecuada la elección realizada por la comisión
evaluadora.
Dicha
comisión especial fue presidida por el senador Guillermo Lama (Bahoruco) e
integrada por once legisladores de distintas provincias. Su tarea fue evaluar y
seleccionar a los candidatos idóneos para asumir una responsabilidad que no
debe tomarse a la ligera.
El
nuevo pleno sustituye a una administración saliente encabezada por Janel
Ramírez, cuestionada por conflictos internos que incluso llevaron a plantear un
juicio político en 2023, aunque no prosperó. Pese a estos señalamientos,
algunos miembros del órgano anterior intentaron ser reelegidos, pero fueron
descartados por la comisión de evaluación.
La
sociedad espera ahora un cambio de rumbo. La nueva Cámara de Cuentas tiene el reto
de devolverle a la institución su credibilidad y ejercer su labor con rigor
técnico, sin ceder ante presiones políticas ni intereses particulares. El país
necesita un órgano fiscalizador fuerte, proactivo y transparente.
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