San Cristóbal, Por Julio César García. – Hoy toca ejercer la sinceridad y la solidaridad, dos valores que han sido relegados a lugares oscuros de nuestro diario vivir. En un momento en el que resulta más fácil subirse a la ola de la desinformación y hacer especulaciones dañinas con el único objetivo de ganar visibilidad, ser sincero y solidario es un desafío. "Eso no vende".
Redactar con base en pruebas
tangibles se percibe hoy como un ejercicio del pasado. La investigación
periodística ha quedado en manos de un grupo reducido de profesionales que aún
escriben o hablan desde datos sustentados en elementos probatorios.
Los ataques contra reconocidos
periodistas y comunicadores tienen su origen en un afán desmedido por
perseguirlos, señalándolos como responsables de la salida del PLD del poder en
2020. Detrás de este ataque desproporcionado y sin sentido están aquellos que
sienten que fueron desplazados del poder debido a las posiciones firmes contra
la corrupción y la impunidad que estos periodistas materializaron en la Marcha
Verde.
El uso de los medios para
desmeritar, acusar y desprestigiar es tan común como pernicioso. Esta práctica
debe ser erradicada, tanto en el ejercicio periodístico como en nuestra vida
cotidiana.
El escándalo de vivir en una
sociedad donde la especulación es el plato fuerte de la agenda informativa
condena la capacidad de forjar un juicio crítico en quienes consumen las
noticias sin cuestionar su veracidad. La desinformación se ha convertido en un
veneno que intoxica la opinión pública, deformando la percepción de la realidad.
Hoy, los medios tradicionales
y digitales están poblados por "sicarios de la palabra", lo que nos
obliga a buscar referentes críticos en quienes han construido su credibilidad a
base de un trabajo serio. Muchos de ellos han sido inspiración para quienes
ejercemos este oficio con apego a los hechos.
La credibilidad no se destruye
con mentiras. Es cierto que hay personas con una formación deficiente que
validan todo lo que ven o escuchan en los medios, pero también existe una gran
parte de la población capaz de discernir entre una campaña mediática y una
información con valor fáctico.
En este momento, en el que se
ha desatado una persecución mediática contra periodistas que han marcado una
época en la comunicación, enfrentándose al poder y defendiendo los mejores
intereses nacionales, quienes creemos en la verdad tenemos la obligación de
expresar nuestra solidaridad con ellos. "Y conoceréis la verdad, y la
verdad os hará libres", decía el patricio.
0 Comentarios