San Cristóbal. - El equipo de CDN, en compañía del Doctor George Beni, realizó una visita a las cuevas del Pomier, donde abordó la problemática de la explotación minera y los recientes hallazgos de sus estudios sobre estas cavernas. "No hay duda de que los daños son evidentes y significativos. Este es el primer estudio que documenta el impacto que hemos observado en las cuevas como resultado de estas actividades", afirmó Beni.
El especialista señaló que los
datos presentados en su informe representan estimaciones mínimas y que es
probable que existan otras cuevas en condiciones similares. Según sus
investigaciones, la explotación minera se está llevando a cabo en
aproximadamente un 6% del área protegida, mientras que alrededor del 70% de
estas actividades ocurren en la zona de amortiguamiento y solo un 20% se
encuentran fuera de los límites protegidos.
El impacto irreversible en las
cuevas
En relación con las cuevas ya
destruidas, el Doctor Beni explicó que, en muchos casos, la restauración no es
viable. Sin embargo, en situaciones donde el impacto ha sido menor, podrían
explorarse posibles medidas de mitigación. "Basándonos en experiencias
internacionales, lo recomendable es trasladar las canteras a otras ubicaciones
donde no generen daño. Entendemos que son un negocio rentable, pero deben
operar en zonas que no afecten recursos naturales tan valiosos", enfatizó.
El peligro para los recursos
hídricos
El Doctor Beni también alertó
sobre el impacto de la minería en los recursos hídricos de la región. Explicó
que el agua no solo circula en la superficie, sino también bajo tierra,
formando un sistema interconectado que está siendo alterado por la actividad
minera. "No solo me preocupa el daño al arte rupestre presente en las
cuevas, sino también la afectación a los manantiales que dependen de este
sistema", puntualizó.
En la zona de La Toma, se ha
observado en ocasiones un color blanquecino en el agua, lo que sugiere una
conexión con la explotación minera. Beni destacó un estudio reciente que indica
que el 30% de los materiales utilizados en explosivos no se descomponen
completamente, lo que permite que sustancias como nitratos, amonio y gasoil se
infiltren en las aguas subterráneas, generando un riesgo para el ecosistema y
la salud humana.
Un llamado a la toma de decisiones responsables
Sobre la gestión de la
explotación minera, el Doctor Beni señaló la necesidad de actuar con precaución
y evaluar a profundidad las consecuencias antes de tomar decisiones
apresuradas. "Muchas veces buscamos soluciones rápidas sin considerar los
efectos a largo plazo. En estas mismas cuevas que están detrás de nosotros,
hemos identificado especies que podrían ser nuevas para la ciencia, y
desconocemos su importancia en el ecosistema", concluyó.
Su llamado a la reflexión y a
la acción responsable subraya la urgencia de proteger estos espacios naturales
y sus valiosos recursos, asegurando su preservación para las futuras
generaciones.
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