España, por Elena Montero. - La innovación energética a través del hidrógeno verde no es solo un desarrollo científico, sino una plataforma sobre la que Europa está construyendo una estructura energética sostenible y futurista.
De hecho, el hidrógeno verde
tiene el potencial de generar electricidad mediante procesos que minimizan las
emisiones de CO2 y está en el centro de una renovada atención e importantes
inversiones. Una de las más recientes proviene de Arabia Saudita, ascendiendo a
un total de $8.5 mil millones.
La primera subasta de
hidrógeno verde
Europa está dando pasos
significativos hacia la producción de hidrógeno verde, un elemento crucial en
la transición hacia una economía más sostenible. Un ejemplo de esto es el Banco
del Hidrógeno, una herramienta ideada por la Unión Europea para financiar
proyectos orientados a la producción de hidrógeno.
Pero será con la inauguración
de la Primera Subasta Europea de Hidrógeno Verde, específicamente el 23 de
noviembre, que se marcará un momento histórico. Un total de 800 millones de
euros se destinarán a los productores de este valioso hidrógeno verde.
El Fondo Europeo para la
Innovación es quien financia esta ambiciosa iniciativa. Este sistema de
subastas, organizado por la Comisión Europea, tiene como objetivo apoyar a los
productores de hidrógeno renovable. A través de este sistema, los productores
recibirán un pago a precio fijo por kg de hidrógeno producido durante un máximo
de 10 años de operación.
Además, si la subasta piloto
tiene una alta participación, se organizarán subastas anuales y el mecanismo
podría extenderse a otros productos limpios además del hidrógeno renovable.
La Comisión Europea también ha
establecido metas ambiciosas para el futuro energético de Europa. Se espera
aumentar la producción interna de hidrógeno renovable a 10 millones de
toneladas para 2030, como parte del plan 'REPowerEu'. Este ambicioso proyecto
busca reducir la dependencia de los combustibles fósiles rusos y reemplazar el
gas natural con fuentes de energía más sostenibles.
¿Dónde se aplicará el
Hidrógeno Verde?
La energía producida por el
hidrógeno verde será utilizada en diversos procesos industriales,
revolucionando la cadena productiva y reduciendo así el impacto ambiental. Sin
embargo, además de en la industria, en el futuro cercano el hidrógeno verde
podría ser el combustible de transporte de larga distancia, tanto para barcos
como aviones.
Hoy en día, la navegación
mueve la economía global y, para reducir su impacto ambiental, es necesario
encontrar un sustituto para el combustible actual, que es gravemente
perjudicial debido al efecto invernadero. Un primer ejemplo de un barco de
hidrógeno ya se puede observar en Bélgica, donde transporta pasajeros entre los
municipios de Amberes y Kruibeke.
De la misma manera, la
industria del transporte aéreo necesita transformarse para ser más sostenible:
el hidrógeno verde puede ser una solución y ya hay pruebas en curso, como en el
caso de una start-up británico-estadounidense que está desarrollando motores de
hidrógeno. Después de un primer vuelo piloto alimentado con hidrógeno, el
objetivo para 2023 es cubrir 500 millas llevando a los primeros 20 pasajeros a
bordo.
Desafíos y dificultades en la
adopción del hidrógeno
A pesar del escenario
prometedor, la introducción del hidrógeno verde tiene sus desafíos y
complicaciones. Algunos informes, como el presentado por ReCommon, destacan las
numerosas complejidades asociadas con el uso del hidrógeno.
Aunque es potencialmente un
recurso con casi cero emisiones, los impactos ambientales relacionados con su
transporte a larga distancia y otros factores tecnológicos aún no se han
explorado o entendido completamente, algo que sí ocurre en los sectores
energéticos cuyo desarrollo durante décadas ha supuesto la aparición de métodos
energéticos más variados, a la vez que las tarifas de luz de los hogares
contaban con más características y extensas diferencias entre comercializadoras
y distribuidoras
Los temas pendientes incluyen:
Impacto Ambiental: Análisis
detallados sobre las consecuencias ambientales a largo plazo del uso intensivo
del hidrógeno verde.
Sostenibilidad: Evaluación de
la relación costo-beneficio en la implementación de tecnologías basadas en
hidrógeno en diferentes sectores.
Aceptación Social: La
necesidad de crear conciencia y aceptación entre la población y las industrias
sobre la transición hacia el hidrógeno como fuente energética.
Sin duda, las instituciones tendrán la tarea de desarrollar su cadena de valor y fomentar su demanda en los años venideros. Además, no se debe subestimar que, más allá de las innovaciones en energía y sostenibilidad, creará nuevas habilidades y empleos. Mientras Europa navega en estas aguas desconocidas, surgen preguntas clave: ¿Será el hidrógeno verde la clave para un futuro energético sostenible? ¿Y cómo abordaremos las complejidades y desafíos asociados a su adopción a gran escala?
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