No todas las ideas se tienen que respetar, vive y aprende

San Cristóbal, 24/09/2023.- Existe una marcada tendencia a la permisividad como forma de no irrumpir en el ambiente de quienes teniendo cero ideas de los temas que se debaten entran a mostrar sus opiniones y exigen que estas sean respetadas y aceptadas por todos y todas y de no ser así, entonces toman la antorcha de la intolerancia para pegar fuego a todo el mundo.

El elogio a la tolerancia sin saber qué es la tolerancia, como explicaba Fernando Savater en su conferencia “¿pluralismo o relativismo ético?”, segunda parte del ciclo” ética sin ideologías”, donde decía “Se suele oír constantemente que hay que respetar todas las ideas, pero ¿por qué? !Qué delirio! Imagínense ustedes que llevando la idea de que hay que respetar todas las ideas, el maestro en la escuela le pregunta al niño cuánto son 2 más 2, y este responde 17. 'Pues mira hijo, perteneces al grupo de los que creen que 17 es la suma de 2 más 2 y te respetamos la idea'". En ese momento el maestro está respetando una idea, pero no está haciendo su tarea de enseñar, y además está fomentando una falsa percepción como verdad.

Este ejemplo anterior nos lleva a entender que debemos respetar a las personas, no a las ideas. Las personas como tales son sujeto de derecho; las ideas, no. Sin embargo, en este confuso mundo de hoy es difícil que los menos entendidos asuman que sus ideas no necesariamente merecen respeto y que el hecho de no respetar sus ideas no trae consigo un irrespeto a su persona o un menosprecio a su ser.

Es una forma de salud mental el reconocer que hay ideas infinitamente peores que otras, hay ideas que simplemente son inferiores en su eficacia, en su dignidad, en su peso y en todo. Hay que entender de una vez que hay ideas que sencillamente no resisten ni el más mínimo análisis y por nuestro bien mental tenemos que aceptarlo.

Debo insistir en que el respeto debe y tiene que ir siempre vinculado a las personas, mas no así a sus ideas. El problema es que hoy día nos hemos vuelto muy sensibles y confundimos o no podemos diferenciar entre el respeto a las ideas y el respeto a quienes las expresan, que debe y tiene que primar por encima de todo.

“Tenemos la tendencia a corporizarnos con las ideas”, Fernando Savater.