San Cristobal,22/08/2023.- Es increíble lo que ocurre en estos días donde la rabia se ha apoderado de un importante numero de personas que en su estado natural se diría que son hasta inofensivas, sin embargo, en los últimos días han atacado como perros rabiosos a todo y todos los que les han cruzado por la cabeza.
Hemos visto las redes
sociales, los programas de opiniones y panel, las voces de las calles, los
medios televisivos y periódicos vertiendo el veneno de la rabia sobre funcionarios
locales y nacionales, sobre ciudadanos comunes y sobre comerciantes a raíz de
la explosión registrada en el llamado mercadito viejo de San Cristóbal.
Llena de temor pensar que en
cualquier momento un ciudadano pueda caer en la calumnia gratuita, en el odio
perverso, en la rabia visceral contra otro ciudadano sin más ni más,
sencillamente porque en su cabeza se ha metido el demonio de la ignorancia y ha
corrompido su capacidad de pensamiento lógico.
Hemos visto, leído, escuchado
y sentido como personas de alta preparación académica iniciaron la fabricación
de hipótesis sin ningún aval científico o mínimamente lógico sobre lo ocurrido
en el mercadito viejo de San Cristóbal y se lanzaron sobre los supuestos
responsables de estos hechos mordiéndoles como perros rabiosos.
Leer en diferentes grupos
virtuales que el alcalde es responsable, que no dan los datos porque es una
familia de renombre, que lo hicieron para no tener que pagar la demolición del
lugar y una larga lista de etcéteras y etcéteras solo nos deja la clara lección
de que no es posible seguir viviendo en una sociedad donde el valor de una
verdad este en manos de cualquiera.
La posibilidad de convertirnos en perros rabiosos existe siempre que no estemos vacunados con un compuesto de moral y ética, que contenga una dosis de cordura, una de sentido común, de pensamiento crítico, de desapego emocional y de compasión humana.
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