Santo Domingo.- Por Altagracia Paulino.-Para lograr ese impacto se hace necesario utilizar las 3 R: Reducir, Reusar y Reciclar, que deberá ser nuestro mantra en cada acción de la vida y en nuestros hogares; a estas reglas se les han añadido otras, como Reordenar, Reformular, Rediseñar, Recompensar, Revalorizar, Renovar y Regalar. Estos términos se han originado a partir de la necesidad de enfrentar las amenazas al medio ambiente, producida por la acción de los humanos en el planeta.
Las lluvias, y la cantidad de personas en las playas y ríos la pasada Semana Santa, dejaron claro el comportamiento de muchos que no han entendido que no hay forma de que el plástico sea amigable con los entornos naturales.
La
conducta se modela desde los hogares, razón por la que desde el Observatorio
Nacional Para la Protección del Consumidor (ONPECO), iniciamos un programa de
talleres sobre el manejo de residuos sólidos en los hogares, cuyos resultados
implican una reducción del 50 por ciento de la basura que producimos
diariamente en cada hogar.
El
programa consiste en clasificar los residuos, desagregando los plásticos, los
aceites y los desechos orgánicos, con los cuales se produce abono para los
jardines. El pasado año realizamos 8 de estos talleres, incluyendo uno en Villa
Altagracia, con jóvenes que salieron motivados para fabricar abono con las
cáscaras de plátanos, cáscaras de huevos y tubérculos entre otros.
Con esta iniciativa comprobamos que se produce un cambio, no solo de actitud, sino también en qué hacer con la basura que producimos; el único obstáculo es que, aunque hay iniciativas para colocar los plásticos y los residuos de aceites, estos todavía son muy limitados, y al no existir una política de desagregar los desechos, la gente sigue mezclándolos y llevándolos a que los camiones los retiren y lleven a los vertederos donde los “buzos” hacen el trabajo final.
Los
próximos pasos en materia de políticas públicas deben encaminarse a solucionar
el problema de los desechos, comenzando por los hogares y las escuelas. Que la
clasificación comience desde nuestras casas y siga el trayecto hasta el destino
final de los mismos tendrá un alto valor en la conciencia ciudadana.
Cada
habitante de la República Dominicana produce 430 kilos de residuos sólidos por
año, el 85 por ciento se genera en los hogares y más del 50 por ciento son
desechos orgánicos, según una investigación del equipo técnico de ONPECO.
Si
comenzamos a trabajar desde los hogares tendremos un ciudadano educado en una
ciudad diferente, un país sin basura y por tanto una mejor salud.
Tenemos
la Ley General de Residuos, la 225-20, que muy bien establece un cambio en el
manejo de estos; manda a que se elimine el manejo a “cielo abierto”.
El
manejo de los desechos a partir de la utilización de todas las “R” implica
también nuestra responsabilidad social, nos conduce a revalorizar estos para
darle otra oportunidad, reintegrarlo como materia prima a la “Economía
Circular”, que podría ser en el futuro del país una novedosa forma de generar
riquezas. Comenzar desde los hogares es una excelente iniciativa y en ONPECO
tenemos la experiencia.
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