Entre sus oyentes, William Neil "Doc" Gallagher era conocido como el "Doctor del dinero", un gurú financiero encantador que anunciaba sus servicios en una radio cristiana que se escuchaba en todo el "cinturón bíblico" estadounidense, que se extiende por todo el norte de Texas.
Sus anuncios solían concluir con un lema familiar: "Nos vemos en la iglesia el domingo".
"El
doctor Neil Gallagher es un verdadero estadounidense de primer nivel, con
integridad en todas sus actividades", dice un narrador en un video
corporativo publicado en YouTube.
"La
pasión de su vida es ayudar a las personas a jubilarse de forma segura,
temprana y feliz".
El
video de tres minutos continúa ensalzando los beneficios del "estilo
visionario" del octogenario, afirmando que había guiado a más de 1.000
personas hacia la independencia financiera a través de su firma, Gallagher
Financial Group, y de su libro "Jesucristo, maestro del dinero".
Esquemas Ponzi
En
los esquemas Ponzi, los primeros inversionistas obtienen "retornos"
tomando el dinero de los inversionistas que llegan después de ellos.
El
esquema lleva a quienes invierten a creer que las ganancias provienen de
actividades comerciales legítimas (por ejemplo, ventas de productos y/o
inversiones exitosas), y desconocen que otros inversores son la fuente de los
fondos.
A
todos se les suele prometer ganancias considerables con poco riesgo.
Para
seguir funcionando, estos esquemas dependen de un flujo constante de nuevos
miembros que den dinero a los que han invertido antes que ellos.
Cuando
eso no sucede, la estafa colapsa.
Según
documentos judiciales, Gallagher había estado defraudando a personas a través
de un esquema Ponzi desde al menos 2013.
La
Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. ordenó el cierre de sus dos empresas,
Gallagher Financial Group, Inc. y la agencia W. Neil Gallagher, Ph.D., en marzo
de 2019.
En
noviembre un juez en el condado de Tarrant de Texas lo sentenció a tres cadenas
perpetuas de prisión, que se sumaron a los 25 años de cárcel a los que había
sido condenado en Dallas en marzo de 2020.
Gallagher
prometía a sus víctimas un rendimiento anual de entre el 5% y el 8% de su
inversión.
En
cambio, no recibieron nada, y Gallagher destinó la mayor parte del dinero a
gastos personales y de sus empresas, además de a pagar a inversores anteriores.
Para
ocultar el fraude, también proporcionaba estados de cuenta amañados que
mostraban saldos falsos.
Si
bien la estafa de Gallagher atrajo la atención de los medios nacionales, sus
métodos no son nuevos.
Aunque
los esquemas Ponzi llevan el nombre de un estafador famoso de la década de
1920, Carlo Ponzi, las versiones de la estafa se remontan al menos a mediados
del siglo XIX.
El
medio que Gallagher usó para atraer víctimas, la radio cristiana, también ha
sido popular durante décadas, y lo ha sido incluso frente a la dura competencia
de los nuevos medios de comunicación.
Pero
las casi 200 víctimas de Gallagher destacan una tendencia diferente: el fraude
a personas mayores, un delito que el FBI cree está creciendo y que asciende a
miles de millones de dólares cada año.
Entre
las personas de las que se aprovechó se encontraban una mujer de unos 70 años
que sufría de linfoma y que invirtió más de medio millón de dólares, y varios
agentes de policía locales en servicio y retirados.
Muchas
víctimas se vieron obligadas a vender sus casas, pedir préstamos a sus hijos o
regresar al trabajo después de la jubilación.
Fue
el peor caso de fraude de ancianos que ha visto en su carrera, dijo Lori
Varnell, jefa de la Unidad de Fraude Financiero contra Personas Mayores del
Fiscal de Distrito Criminal del Condado de Tarrant, Texas, a la BBC.
"Son
personas que trabajaron toda su vida para ahorrar este dinero. Fue
personal", dijo Varnell.
"Están
devastadas. No fue solo el dinero. Fue una traición".
Para
llegar a sus víctimas, Gallagher promovió los servicios de su compañía en
iglesias y a través de la radio cristiana.
Un
término general que abarca a miles de estaciones en todo el país que transmiten
programación de orientación cristiana protestante, desde sermones y programas
de entrevistas hasta música y noticias.
La
radio cristiana sigue siendo inmensamente popular en EE.UU. Más de 20 millones
de oyentes la sintonizan cada semana, según el Radio Advertising Bureau.
Varnell
dijo que no le sorprendió que Doc Gallagher la usara para engañar a sus
víctimas.
"Dentro
de la comunidad cristiana, hay un alto nivel de confianza. Especialmente aquí
en el 'cinturón bíblico'", dijo.
Una
vez que Gallagher establecía un sentido de confianza con sus víctimas, era
menos probable que "prestaran tanta atención a los detalles" de lo
que estaba sucediendo, dijo Varnell.
Esta
táctica es un excelente ejemplo de"fraude por afinidad", dijo David
Fleck, exfiscal de Los Ángeles.
En
estos esquemas, los estafadores apuntan a miembros de un grupo identificable,
que van desde comunidades religiosas o étnicas hasta ciertas profesiones.
En
muchos casos, utilizan a miembros del grupo para, sin saberlo, ayudar a
anunciar la estafa a otros y a convencer a la gente de su validez.
"Se
ve entre todos los grupos culturales y expatriados de todo tipo de
países", dijo Fleck.
Los
funcionarios dicen que los ancianos son un grupo de afinidad particularmente
vulnerable.
Según
el FBI, millones de estadounidenses mayores son víctimas de fraude cada año,
acumulando más de US$3.000 millones en pérdidas al año.
Jeffrey
Cramer, un ex fiscal federal, dijo que los ancianos suelen ser objetivos
lucrativos para los estafadores que asumen que tienen grandes ahorros.
"En
su mayor parte, tienen más dinero porque han trabajado más tiempo",
explicó Cramer.
"No
tiene sentido tratar de estafar a un joven de 20 años. Alguien de 60 o 70 años
puede tener múltiples inversiones y una casa que vale cinco veces lo que pagó
por ella".
Varnell
hizo eco de la evaluación de Cramer.
En
el caso de Gallagher, este también se aprovechó de las "diferencias
generacionales" entre sus víctimas, además de su fe, dijo.
"Estas
son personas que creen que cuando un hombre te da la mano y te mira a los ojos,
está bien", dijo.
"Están
hechas para creerle a la gente porque mentir va en contra de los Diez
Mandamientos".
Los
expertos en fraude creen que solo se informa una fracción de todos los casos.
En
los casos que van a los tribunales, es poco probable que las víctimas recuperen
su dinero.
El
estafador suele gastar los fondos tan rápido como ingresan, usándolos para
continuar haciendo pagos fraudulentos o intentando esconderlos en cuentas en el
extranjero.
Costo emocional
En
el caso Gallagher, una parte del dinero fue gastado; otra, lavado; y el resto
sigue desaparecido.
Si
bien los costos financieros de los fraudes pueden ser devastadores para las
víctimas y sus familias, el impacto real suele ser más profundo.
"Tiene
un costo emocional y psicológico", dijo Cramer.
"Hay
un elemento de vergüenza cuando has trabajado 20, 30, 40 años y literalmente no
tienes nada".
En
el tribunal, muchas de las víctimas de Gallagher hablaron de ese costo
psicológico.
Entre
ellos estaba Susan Pippi, una mujer de 74 años que, con su esposo, perdió
cientos de miles de dólares en la estafa.
"Ya
no confío en nadie", dijo en un comunicado emitido por los fiscales del
condado de Tarrant.
"Excepto en Dios y mi
familia".
Pero
es poco probable que este tipo de fraudes desaparezcan, dijo Varnell.
Un
"ataque concertado" de estafadores, muchos de ellos en el extranjero,
están robando los fondos de jubilación de los estadounidenses a un ritmo de
"millones todos los días", dijo.
Los
ancianos y sus familias deben estar atentos a las señales de advertencia.
"Si
alguien se te acerca por motivos religiosos, debes sospechar mucho", dijo.
Cramer,
por su parte, dijo que es probable que los fraudes por afinidad se vuelvan más
comunes a medida que las generaciones más jóvenes y conocedoras de la
tecnología crecen en las redes sociales.
Un
estafador puede llegar a una audiencia mucho mayor, pero esconderse detrás de
una cuenta y desaparecer.
Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-59515516
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