Subscribe Us

La mitomania, mentir para sacar ventaja


La mitomanía es un trastorno patológico que consiste en falsear la realidad como vía de escape para obtener aprobación o admiración.

La mitomanía o mentira patológica, término acuñado por Anton Delbrueck, y posteriormente utilizado por  Ernest Dupré, puede definirse como la expresión de acontecimientos inventados no del todo improbables, de cuyo relato el autor obtiene una ventaja.

Literalmente procede de “mythos”, palabra griega que significa mentira y de “manía” o compulsión.

Dentro de las personas que padecen este trastorno, algunas llegan a admitir que mienten, por lo que tienen conciencia de hacerlo. Sin embargo, en otros casos no ocurre así.

Lo característico de estas personas es que las mentiras no son consecuencia de encontrarse en una situación especialmente comprometida o en que exista presión social, a modo de excusa para hacer lo que uno quiere, en lugar de lo que quieren los demás evitando enfrentamientos.

La simulación es una manera no decente de enfrentar las realidades, cuando un ex presidente pierde además del poder la credibilidad colectiva y sobre esta perdida se dedica a fabular, mentir, omitir hechos y crear mitos entonces merece toda la atención científica en el ámbito de la conducta.

Decir que la gente se cansa del bienestar puede tener varias lecturas, sin embargo, cada lectura culminará en el supuesto de que esa gente carece de la más mínima de las inteligencias, es gente sin sentido común, en pocas palabras sin atributos ponderables.

En palabras del ex presidente Danilo Medina Sánchez, “perdimos las elecciones porque la gente se cansó del bienestar”, se puede leer en el marco de referir con la palabra “gente” solo a sus compañeros de partido que se hicieron ricos durante su administración.

“Yo siento que la gente se cansó de bienestar”, puede referir a sus cercanos colaboradores, a sus hermanos, a sus cuñados, a su jefe de seguridad, a sus amantes, a su procurador, a su secretario de la presidencia, a sus compañeros del comité político.

Publicar un comentario

0 Comentarios