Jovenel Moise, foto agencia efe |
Moisés es el profeta más importante para el judaísmo, liberador del pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto y encargado por Dios de entregar la Ley escrita, cuentan que fue rescatado de las aguas del Nilo por la hija del faraón quien le cuidó y crio como parte de la realeza.
En el contexto global podemos
definir la nación haitiana como una suma sin conjunto o como un conjunto
disjunto, es un mismo pueblo, es una raza cortada en partes donde la mezcla
racial es casi inexistente, es una nación definida desde ópticas muy dispares,
por un lado los blancos de PetionVille o Puerto Principe y por otro la raza
negra que ocupa el resto del territorio, de un lado los ricos, educados en el
extranjero y del otro los pobres acinados, dejados a su suerte y con todo un
conjunto de creencias que sencillamente no encajan con la otra parte de la población
que es minoría en proporción , pero mayoría en economía y manejo del poco
desarrollo que muestra el país más pobre del continente.
Este país de una población aproximada
12 de millones de personas (tercer país de la región caribeña con mayor
densidad poblacional), es el único país en el continente que abraza el vudú
como religión, tiene una de las mayores diferencias sociales del mundo, sus
sistemas públicos son prácticamente nulos, su ingreso per cápita es de unos
64.33 dólares mensuales, en su escudo están escritas las expresiones, libertad,
igualdad y fraternidad, tres aspiraciones que parecen estar muy distantes de la
población en estos días.
Un país erosionado casi en su
totalidad con solo un 2% de su
territorio apto para el cultivo ya que el restante 98% es territorio erosionado
por la desforestación, básicamente para la obtención de carbón vegetal unos de
los productos de mayor consumo interno y de los pocos exportables del
territorio haitiano, esta nación con una muy baja inversión extranjera debido
al clima de inestabilidad presente desde la salida de Jean Claude Duvalier del
poder en 1986, sin infraestructuras que permitan conocer los impactos del
hambre o la natalidad exacta de la nación, sin servicios de salud que
garanticen el control de enfermedades endémicas y sin infraestructuras físicas o
sistema educativo adecuado, es el país del continente que ha producido más de veinte
presidentes (20) en menos de treinta y
cinco (35) años.
La inestabilidad política cimentada
en la falta de información y educación de la población ha sido el mayor caldo
de cultivo para un grupo de extremistas que mueven a su antojo gran parte de la
población, unas veces reclutadas para fines paramilitares y otras secuestradas
y obligadas a formar parte de estos grupos que una parte de la población las
define con pandillas y que el servicio secreto ha definido como grupos
conspirativos fuertemente armados.
El asesinato de Juvenel Moise es
un acto que tiene como antecedente las presiones de un grupo de oposición encendieron
la chispa para que se iniciaran una serie de protestas que buscaban la salida
del presidente hoy asesinado, alegando que su mandato había terminado en este
año, sin embargo la posición de Juvenel Moise respaldada por gran parte del
parlamento afirmaban que este mandato de cinco años terminaba en el 2022, ya
que aunque su elección se produjo en el 2016 no fue hasta el 2017 cuando asumió
su mandato presidencial.
El asesinato se produce justo dos meses antes de que se inicie el proceso electoral fijado para septiembre 2021 y en la cual Juvenel Moise no podría participar como candidato.
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