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COMPUTACIÓN CUÁNTICA, LA PRÓXIMA PARADA TECNOLOGICA


El mundo ha empezado a conocer la mecánica cuántica gracias a la serie The Big Bang Theory o al experimento mental del gato de Schrödinger. Ese gato paradójico, vivo y muerto a la vez en una caja hasta que esta se abre, ilustra el principio de superposición, que junto con otros cada vez será más conocido en los próximos años. El motivo es que la computación cuántica, que aplica esa rama de la física, será una oportunidad para muchas empresas y traerá nuevas preocupaciones para los Estados.

Las tecnologías emergentes han saltado de los laboratorios al discurso geopolítico. Por ejemplo, la inteligencia artificial no solo servirá para automatizar trabajos e incorporar nuevos robots al día a día, sino para analizar grandes bases de datos y tomar decisiones militares, o reconocer a un enemigo desde vehículos aéreos no tripulados.

De la misma forma, la computación cuántica, que se estima que no se habrá desarrollado del todo hasta 2035, ayudará a descubrir nuevos materiales y formas de asegurar las comunicaciones o de procesar información. Aún faltaría una década para poder leer toda la información secreta del mundo. Por ello, países como Estados Unidos y China, la Unión Europea y grandes empresas están invirtiendo mucho dinero en desarrollar un ordenador cuántico antes que sus rivales o, llegado el caso, para ser de los primeros en inaugurar las nuevas aplicaciones de esta tecnología.

La nueva gallina de los huevos de oro

La mecánica cuántica se formuló a principios del siglo XX, por lo que tiene poco recorrido en la historia de la ciencia, aunque involucra a figuras como Max Planck, Erwin Schödinger o Albert Einstein. Lo cuántico demostró que el conocimiento humano de la naturaleza era más limitado de lo que se pensaba: explica cómo esta se comporta a escala atómica o subatómica, algo tan pequeño que antes no era prioritario en los avances de la física, centrada en grandes fenómenos, y por falta de tecnología.

Mirar a escalas tan pequeñas logró resolver problemas y explicar fenómenos pendientes. También fue clave para descubrir partículas como los fotones, que a su vez permitieron desarrollar los láseres, las telecomunicaciones o los teléfonos móviles. En palabras del padre de la computación cuántica y la nanotecnología, Richard Feynman: “La naturaleza no es [mecánica] clásica, maldita sea. Si quieres hacer una simulación de la naturaleza, será mejor que lo hagas con mecánica cuántica”.

Feynman, que murió en 1988, pensaba que la computación cuántica podría ser la base de las futuras revoluciones tecnológicas. Ahora empresas estadounidenses como Google, IBM y Honeywell o las chinas OriginQuantum y Alibaba comparten esa tesis. Un informe de 2020 de la consultora McKinsey proyecta que la industria cuántica valdrá un billón de dólares en 2035. Para entonces, los ordenadores cuánticos serán clave en sectores como el farmacéutico, donde se podrán desarrollar medicamentos mucho más rápido gracias a simulaciones más precisas, o en muchos otros, a través del acelerado aprendizaje cuántico de los sistemas de inteligencia artificial.

 

En esencia, un ordenador cuántico será mucho más rápido que uno clásico. Mientras que el clásico procesa y computa la información a través de bits —las unidades básicas de información, sucesiones de ceros y unos—, un ordenador cuántico utilizará bits cuánticos o “cúbits”. Los cúbits no son solo ceros o unos, sino ambos y todos valores intermedios hasta que se lee lo que son, cuando se abre la caja para ver si el gato está vivo o muerto. Mientras tanto, el bit cuántico está en superposición: es todos los estados juntos a la vez, y eso tiene grandes aplicaciones.

MAS DATOS.. https://elordenmundial.com/carrera-dominar-computacion-cuantica-revolucion-tecnologica/

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