DEBE EVITARSE LA ESPECULACIÓN CON LOS PRODUCTOS BÁSICOS.
El observatorio Nacional para
la Protección del Consumidor-ONPECO- saludó la iniciativa del gobierno central,
al reunir a los proveedores, importadores e industriales con el propósito de
buscar una salida a la inflación que ya alcanzó los dos dígitos, al situarse en
10.48% según el Banco Central.
La organización de defensa de los consumidores recordó que propuso hace varias semanas una mesa donde se transparentaran los costos para así propiciar un sistema de información de precios sugeridos con lo que se evitaría el factor interno que contribuye con los niveles de inflación como es el fenómeno de la especulación.
Si la mesa que organizó el
gobierno no contempla la transparencia en los costos, nadie nos salvará del
elemento interno que incrementa el fenómeno generado por el factor externo como
precios de las materias primas.
La diferencia de precios de un
mismo producto en distintos sectores de la capital y del país, es un reflejo de
la especulación, es por esa razón que seguimos insistiendo en la conveniencia
de que en esa mesa participen otros actores y no solo los agentes del gobierno
y los empresarios.
Los precios que suben nunca
bajan, salvo los de temporada, como los víveres y frutas que se producen aquí,
pero las manufacturas y los ensambles como los pollos y los huevos es difícil
que bajen de precio, por lo que la inflación no será temporal. El precio al que
han llegado podría quedarse, estabilizarse, pero no bajar del lugar hasta donde
han llegado.
¿A caso bajaron los precios de
los productos cuando la crisis Suprime del 2008 y la de los cereales del 2011?
Claro que no!!!. Los precios alcanzados en esa época son los que tenemos hoy y
los de hoy serán los mismos en los próximos años; es parte de la dinámica del
mercado, por lo que nos extraña que se diga que el fenómeno es temporal, nunca
lo ha sido, si fuera así, los precios de los años 80 fueran los de ahora.
Ante las crisis, los gobiernos
siempre tienen lo que hemos visto como “los precios políticos” son los asumidos
en determinadas coyunturas por la presión de los ciudadanos que no soportan la
constante de que los ingresos los alejan de las posibilidades de satisfacer las
necesidades básicas.
Otros precios políticos son
los de organismos como el INESPRE, que sirven para tapar algunas brechas de
manera circunstancial a través de subsidios del gobierno, lo cual no esta mal,
pero el mercado representado por los proveedores debe contribuir con la
transparencia de los costos y proponer un sistema de precios sugeridos con lo
único que se le podría hacer frente a la especulación, que es el fenómeno
interno de la inflación.
Las crisis son también
espacios para las oportunidades, pero muy mal cuando la especulación campea en
detrimento de los consumidores.
El libre mercado desterró los controles de precios, pero no la participación del Estado como regulador y más cuando entran en juego los derechos de los ciudadanos a la alimentación, a salarios decentes y a la información veraz y convincente.
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