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Los demonios que nos dominan III

San Cristóbal--
Mayo-27-2020
El principio de precaución o principio precautorio es un concepto que respalda la adopción de medidas protectoras ante las sospechas fundadas de que ciertos productos o tecnologías crean un riesgo grave para la salud pública o el medio ambiente, pero sin que se cuente todavía con una prueba científica definitiva.

La OMS se ha convertido en uno de los mayores enemigos de la humanidad, pasó de decir que la contaminación electromagnética (electro smog) era el tipo de contaminación más importante creado por el hombre a decir que no existen pruebas contundentes que relacionen el incremento del cáncer con la exposición a las radiaciones electromagnéticas.

Científicamente todas las ondas tienen unas propiedades comunes (período, frecuencia, longitud de onda, amplitud y velocidad). Las ondas pueden ser mecánicas o materiales, como el sonido, que necesitan un medio material para propagarse; y electromagnéticas, como la luz, que sí se propagan en el vacío. El conjunto de ondas electromagnéticas de todas las longitudes de onda posibles se denomina espectro electromagnético.

En mayo de 2016, el Programa Nacional de Toxicología de los Estados Unidos, que es parte del Instituto Nacional de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), publicó los resultados parciales de un estudio de dos años que expuso a ratas a los tipos de radiación de radiofrecuencia que los teléfonos celulares emiten y las comparó con el grupo que no estaba expuesto. Algunas ratas desarrollaron tumores cancerosos después de haber sido expuestas a la radiación —lo que muestra la posibilidad de una conexión entre la exposición a la radiación y un aumento del riesgo de cáncer.

Fue el Dr. George Carlo, jefe de un estudio epidemiológico del CTIA de los Estados Unidos, quien denunció públicamente la evidencia de que había referencias sobre los daños genéticos, linfomas, la ruptura de la barrera hemato-encefálica, etc. Los criterios usados en medicina y en epidemiología para establecer específicamente una relación causal entre un químico, agente bacteriano o físico y enfermedad, fueron satisfechos en menos de diez años, estos criterios, conocidos como el Koch-Henle , han probado que las microondas de la telefonía móvil afectan a la salud humana de forma catastrófica, pero ningún gobierno a nivel mundial se cuida de ello.
Esto es una creación, una invención o una mentira de la industria de la telefonía móvil que fue creada por ingenieros, físicos, electricistas y muchas veces, por graduados de la escuela primaria que no tenían ninguna credencial y ningún conocimiento de medicina. Ésa es la razón por la que muchos de nosotros estamos enfermos o incluso algunos realmente mueren.

 Mientras la industria de la telefonía móvil posea a la Organización Mundial de la Salud, el crimen procederá. La credibilidad de la OMS tiene un boquete que se extiende más allá de la transparencia. El conflicto ético es patente. La epidemia internacional del síndrome de las microondas está alcanzando los niveles del genocidio.

Conocimientos de ello, los hay desde los años 20. Descrito originalmente en la antigua Unión Soviética durante los años 40 y 50, el síndrome de las microondas, también llamado Electromagnetic Hypersensitivity, enfermedad de las microondas, de la radiofrecuencia, del radar, sensibilidad eléctrica, enfermedad del teléfono célular, enfermedad del mástil del teléfono célular constituye un CRIMEN CONTRA LA HUMANIDAD a nombre de la industria internacional de la telefonía móvil.

Los informes médicos soviéticos describían ya la acción perjudicial de los campos electromagnéticos en seres humanos en los años 20. El microwaving de aproximadamente 80-90% de la población humana está, según el Dr. Leif Salford del departamento de neurocirugía de la universidad de Lund en Suecia, como el experimento más grande contra la humanidad y los códigos de la ética han sido violados por la Organización Mundial de la Salud asumido el control por la industria de la telefonía celular en 1996.

La Organización Mundial de la Salud, hace años una institución muy seria y respetable, fue comprada en 1996 por el director anterior del ICNIRP (Comisión internacional para la protección contra la radiación no-ionizante), Michael Repacholi. El ICNIRP es una organización privada que fue constituida para proteger los intereses privados de la industria americana y europea de la telefonía celular.

En paralelo, los teléfonos celulares plantean un problema equivalente como traficantes de cocaína, habrá siempre funcionarios corrompidos que están dispuestos a vender su conciencia por dinero y a mirar al otro lado.

En 1973 el WHO condujo un congreso internacional en Varsovia bajo auspicios del gobierno de Polonia y de la administración federal de la droga (control de medicamentos) de los Estados Unidos. Los resultados de este congreso fueron publicados en el libro titulado: "efectos biológicos y peligros para la salud de la radiación de las microondas.
Michael Repacholi reveló hace unos años que hasta la mitad de los fondos levantados para el proyecto de EMF de la Organización Mundial de la Salud procedía de la industria de la telefonía móvil, el criminal es el que pone los fiscales para investigar el crimen.

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