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Una matrona de 115 años

Adriana Peguero
Cambita, San Cristóbal
Doña Agustina Valdez .
Sólo sabe que nació en un febrero y le ha dicho a sus hijos en reiteradas ocasiones que ocurrió en el año 1902.
Pero como doña Agustina Valdez (Ramona) no tiene registro de nacimiento, sus hijos sacaron cuenta de su edad. Toman como referencia la fecha en que ella se casó y cuando tuvo su primer hijo, y esos datos han arrojado que tiene más de 110 años.

Pero, sus vecinos y amigos en el paraje La Jagüita de Cambita, aseguran que doña Ramona tiene alrededor de 115 años de edad. Su único registro es la “cédula de la palmita” que se le expidió el 1 2de noviembre del año 1955 con el registro de inscripción 17464, libro 54, la cual obtuvo cuando ya había dado a luz sus nueve hijos.
Todo un personaje
Es de cuerpo menudo, pelo lacio y afable, pero tuvo la gallardía de criar a sus nueve hijos que aún eran pequeños cuando su esposo murió.
Ella es todo un personaje en su comunidad, ya que fue una partera por excelencia de la zona, herencia que le dejó su madre Emilia Valdez (Miló), quien murió a los 99 años.
“Mi mamá agarró mis siete hijos y los siete de una de mis hermanas. Es más, yo no tengo la cuenta exacta de cuántas mujeres ella ayudó a dar a luz aquí. Solo recuerdo que doña Ramona era muy demandada por las parturientas y no se le murió una sola de ellas ni tampoco sus bebés”, dijo su hijo Andrés Valdez.
Y es que La Jagüita, cuando ella ejercía de partera, era una zona apartada de este municipio y cuando a las mujeres les llegaba la hora de dar a luz, no les quedaba otra alternativa que apelar a su ayuda, porque el hospital más cercano quedaba a más de 35 kilómetros, de los cuales los primeros seis tenían que recorrerse a pie y otros diez en la cama de una camioneta.
Su escuela
Doña Ramona no aprendió a leer ni a escribir, y sólo algunos de sus hijos fueron a la escuela, pero no lograron pasar del nivel primario.
“Mi madre se iba tempranito al conuco y nosotros la acompañabamos. Ella preparaba la tierra y sembraba. Ella hacía todo el proceso de producción para mantenernos. Por eso no fuimos a la escuela”, dijo Andrés Valdez.
Sabe producir maíz, yuca, guandules, plátanos y otros productos que no faltaban en su mesa cada día. “A nosotros nunca nos faltó la comida, porque mi madre se fajó. Lo único que nos faltó fue aprender a leer y escribir, pero ahora estoy aprendiendo y ya sé firmar con mi nombre. Ya no hago las tres cruces para firmar como antes”, dijo Andrés.
Partos en su casa
Andrés Valdez manifestó que Ramona dio a luz a todos sus nueve hijos solo con la ayuda de su madre Miló y siempre descrubrió el sexo de su cría a la hora de ver la luz.
“Mi mamá nunca ha ido al médico. Su único quebranto fueron los dolores de cabeza, pero ella se sanaba haciendo té de hojas de esas que curan muchas cosas”, agregó.
Dijo que igual ella curó todas las dolencias de sus hijos con té, zumos y baños, pero comenta que no le hizo falta médico, porque son una familia sana.
Su vida
Ramona Miló, como la conocen en todas las comunidades de la sección Humachón, vive en una humilde casa de madera con el piso de tierra.
Ella cuenta que tiene más de cien años fumando cachimbo, pues cuando era niña su padre le regaló dos pipas para que fume, y precisamente esa es su entretención ahora que vive su edad centenaria.
Su hija Arcira Valdez narró que si fuera por doña Ramona, nunca se quitara la pipa de la boca y por ello le ha establecido un horario para que eche sus copos de humo.
Aunque le faltan comodidades, doña Ramona tiene una familia amorosa que no escatima esfuerzos para darle las cosas que a ella se le antojan. Acostada en su cama de “bastidores” pasa los días, pues sus piernas se les encogieron y su vista se apagó, lo cual ocurrió por los años, según sus hijos.
“Ella no tiene nada. No le da ni gripe. Está acostada, porque ya los años le pesan. pero come bien. Lo que nunca olvida es su pipa. Mamá nunca se ha tomado una pastilla de la presión ni de ninguna otra enfermedad”, dijo Arcira Valdez.
Dice que ella es ahora como una bebé para sus hijos. Se turnan para cuidarla y nunca la dejan sola. “Como ella lo hizo con nosotros, ahora lo hacemos por ella. No nos descuidamos de ella ni un segundo”, añadió.
SUSTITUTA DE MÉDICOS
Como en La Jaguita de Cambita, hace 30 años no había médicos ni hospital, doña Ramona hizo de partera para la mayoría de las embarazadas de esa época.
EL ESPOSO POR LA MADRE
Arcira fue abandonada por su esposo, que nunca entendió su entrega por doña Ramona.
CUIDADO FAMILIAR
Arcira y Andrés Valdez afirman que nunca han pensado en un asilo para su madre. Dicen que el mejor regalo que pueden recibir es disponer de tiempo para atender a su madre, que tanto se sacrificó por ellos.
LOS MÁS VIEJITOS DE RD
Un informe de la ONE

Los dominicanos parecen tener mayores posibilidades de alcanzar una edad avanzada a medida que pasan los años.
El pasado año murió en San Cristóbal, a la edad de 114 años, la señora Isabel Moneró. En esta misma provincia murió en el año 2007 el señor Maximino de los Santos, a la edad de 105 años, y quien según su familia, no murió de enfermedad, sino de vejez.
De acuerdo a estudios de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), la previsión del futuro es que el país avanzará hacia una estructura poblacional envejecida.
“Una muestra evidente de cómo el país ha avanzado en la mejora de la calidad de vida de las personas es la reducción que se ha venido dando en la mortalidad infantil y el paralelo incremento de la esperanza de vida de la población”, destaca en su más reciente informe.
La ONE informa que la esperanza de vida al nacer, en la población dominicana hasta el año 2014, era de 72 años y medio, algo menos para los hombres (70.2 años) que para las mujeres (75.1 años).
Asimismo, precisa que para 2050 se espera que suba hasta casi los 80 años y en el límite del año 2100, un dominicano puede esperar superar la edad de 85 años.
Fuente:listindiario.com

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